:: ECOLOGÍA.
   Una ayudita al planeta.

Por: Juan Pablo Yáñez Barrios.

Cada día es más necesario tener una conciencia de respeto hacia nuestro planeta, hacia la naturaleza y el medio ambiente. Por ejemplo, el smog que envenena Santiago es un producto del consumo, una consecuencia de la irresponsabilidad del ser humano. Todos sabemos que el mundo consumista en que vivimos le hace mal al planeta. Con un mínimo esfuerzo se pueden adquirir hábitos que contrarresten esto, por modesto que sea el aporte personal. Estos hábitos, además, sirven para ahorrar dinero.

Existe un concepto llamado .número crítico., que sostiene que si una determinada cantidad de personas actúa en la vida para conseguir ciertos propósitos, llega un momento en que su influencia es tal dentro de la comunidad humana, que basta para dar un vuelco a las situaciones que parecen más resistentes.

Aquí entregamos simples medidas caseras para hacerlas
hábitos. Así se puede ser uno más en la suma de ese número crítico que requiere nuestro maltratado planeta:

- Los ambientadores químicos contaminan. Para eliminar esos malos olores que a veces hay en casa, se puede poner a hervir un recipiente con agua, a la que se le ha agregado canela, clavo de olor y cáscara de limón. También resulta efectivo poner en medio de la habitación un recipiente con agua fría y bicarbonato disuelto, mezcla que absorberá los olores desagradables.

- El papel higiénico y de cocina y las servilletas desechables deben ser de papel blanco. Cuando son de colores significa que se han usado grandes cantidades de elementos químicos contaminantes para fabricarlos. Todas esas sustancias, como basura, irán a parar al seno de la naturaleza.

- En lugar de usar productos químicos para que el piso de la cocina y el baño queden brillantes, se lo puede hacer con el agua de un recipiente al que se le ha agregado una taza de vinagre. Quizás quedarán un poco menos relucientes, pero el planeta lo agradecerá.

- En vez de usar insecticidas químicos para eliminar las polillas de roperos y armarios, se puede recurrir a un puñado de flores de lavanda o de hojas de eucalipto, o cortar rodajitas finas de cáscara de naranja, eliminando lo blanco del interior. El vegetal elegido se envuelve en papel poroso y se distribuyen los paquetitos en los compartimientos del mueble.

- Al ir de compras, hay que procurar llevar la propia bolsa, de modo de evitar las plásticas que normalmente se entregan en el comercio. El plástico es difícil de degradar, y este tipo de bolsas se fabrica cada día más en el mundo. Vivimos, de hecho, en un mundo cada día más plástico, más artificial.

- Ahorrar electricidad es ahorrar dinero, y también recursos naturales. Cuando se abre la puerta del horno encendido, se pierde energía, que se recupera consumiendo electricidad.