:: LITERATURA.
   
Cuentos para niños... ¿Todavía?.

Por: Cecilia Rubio*.

Dicen que los niños de hoy no son los mismos de antes, lo que nos llevaría a cuestionar la validez de los cuentos de hadas. Por mi parte, concuerdo más con quienes sostienen que los cuentos tradicionales responden a estructuras arquetípicas (arkhé-arcaico-arcano) inconscientes, es decir, enclavadas en la psique humana desde tiempos inmemoriales y hasta tiempos que están lejos de haber terminado. Por lo demás, la cultura toda se encarga de enraizar estas estructuras y de darles una realización en ciertos comportamientos sociales.

Usted se habrá fijado que en los cuentos para niños hay fórmulas que se repiten. Es bastante habitual que en algún momento inicial del cuento se diga que el joven de pronto tuvo ganas de "salir a conocer el mundo" o que "su padre lo envío a cortar un árbol". Incluso una vez que el joven ha abandonado la casa paterna se dan casos en que durante el "recorrido" por el mundo llega a un reino donde una princesa busca novio -aunque más bien es su padre quien se lo busca- y el rey envía al joven a un espacio lejano y encantado que éste debe liberar. Es el momento en que sobreviene la "aventura". Pero, como usted sabe, los cuentos nunca terminan aquí, pues es necesario que se produzca un "regreso", es decir que el joven debe volver al reino después de haber liberado el espacio encantado para poder -ahora sí- casarse con la princesa, o debe volver a casa después de haber cortado el árbol, porque así su padre reconocerá su valor, e incluso si abandonó la casa voluntariamente, sólo al regresar podrá hacer partícipes a los otros de que efectivamente "conoció el mundo", es decir, de que obtuvo un "aprendizaje".
En el caso de las niñas, o sea, de los personajes femeninos, ocurre que normalmente éstas se enfrentan a un "hogar peligroso", del que deben huir, o, por algún defecto de los padres, resultan literalmente "expulsadas" de la familia. A esto le llamamos "SALIDA forzada" para diferenciarla de la "SALIDA voluntaria" del personaje masculino. Digamos que cuando la muchacha sale de casa es porque no le queda otra alternativa, pues debe salvar su vida, como Blancanieves, o su integridad moral, como Piel de asno. Pero, a partir de allí, se cumple el mismo patrón de los cuentos. La muchacha SALE de casa, sola y desprotegida, RECORRE el mundo (el bosque, el reino), busca sobrevivir y lograr algo, se enfrenta a AVENTURAS, y en algún momento logra corregir el defecto social que la hizo salir de casa, APRENDE otra forma de vida (piense en Blancanieves en su nueva vida en casa de los enanitos), es decir, está ya preparada para que se produzca el REGRESO. Claro, usted me dirá que ni Blancanieves ni Piel de asno vuelven a casa después de la aventura. Pero el hogar de Blancanieves, sin padre que la proteja de la malvada madrastra, no tiene ningún sentido, ella no tiene hogar al que volver, sin embargo, ella se casa con el príncipe y forma con él otra familia que corrige el desequilibrio de la familia de origen.

Pese a estas diferencias, sería un error pensar que a los niños tenemos que contarles cuentos donde el héroe sea niño y viceversa. Un niño se identifica igual que una niña con Caperucita Roja, Blancanieves o la Cenicienta, de la misma manera que una niña se identificará con Pulgarcito, porque los contenidos obligatorios de este tipo de cuentos son los mismos y pueden resumirse así: (DESEQUILIBRIO INICIAL), debe producirse una SALIDA, lo que dará lugar a un RECORRIDO o VIAJE, durante el cual el joven se enfrentará a una AVENTURA, de la que obtendrá un APRENDIZAJE. Una vez logrado éste, debe producirse un REGRESO (EQUILIBRIO FINAL).

Y pensándolo bien, ¿no es así como crecemos? La primera SALIDA de casa para "conocer el mundo" es la entrada del niño a la escuela, pero también el acompañar al padre a las faenas del campo, o a la madre, cuando ella trabaja fuera de casa. La AVENTURA de relacionarse con otros niños y con otros adultos que no son de su familia, la de aprender a leer y a escribir o cortar la maleza o vigilar los pájaros que se comen las semillas son todos APRENDIZAJES que se producen durante un VIAJE por el amplio mundo con el que empieza a tener contacto. Si al REGRESO a casa el niño encuentra alguien a quien contarle lo que vivió mientras estuvo afuera, usted verá que lo cuenta como si hubiera vivido una gran AVENTURA. Podría decirse, entonces, que los cuentos de hadas son una gran metáfora del crecimiento de un niño hacia la vida adulta, que es más o menos el VIAJE que todos tenemos que hacer.

A mí me parece que mientras el proceso de crecimiento sea así -quizás podríamos imaginarlo de otra manera- los niños de ahora serán los mismos de antes y seguirán disfrutando los cuentos en los que reconocen su propia experiencia que todavía no saben verbalizar.

*La autora es profesora de literatura.