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Sin su sangre no viviríamos.

Por: Alaciel Gallardo Lopes.

Las mujeres sangran cuando traen al mundo una nueva vida, y también sangran, cada mes, para renovar su interior. Ellas no sólo sangran para morir, como los hombres. La menstruación es motivo de autenticidad para todas aquellas mujeres que, a través del desarrollo de su conciencia, han captado el significado del poder femenino.

El dominio del hombre sobre la mujer dura ya milenios. El patriarcado ha convertido la sangre femenina no sólo en enfermedad, sino también en suciedad. Pero ella sangra para mantener el mundo, y eso es simbólico: sin su sangre no viviríamos.

El sufrimiento de la mujer por tener que sangrar mes a mes se debe a la actitud que la cultura ha impuesto sobre ese hecho. Esto origina en ellas un sentimiento de inferioridad que, de manera inconsciente, provoca problemas físicos. Desde luego, son pocas las mujeres que pueden gozar del privilegio de retirarse de la actividad laboral durante la menstruación para
entregarle a su cuerpo la paz que necesita. Gran parte de las mujeres son trabajadoras que viven en constante tensión. Muchas son las que ingieren la píldora anticonceptiva, que causa un gran desorden y desorientación entre las hormonas. Se respira aire contaminado, se come carne con residuos hormonales. La vida moderna está llena de cosas que afectan la salud, y sólo algunas de ellas son evitables.

Según algunos médicos naturópatas, las mujeres que sufren de espasmos en el vientre en el periodo premenstrual suelen haber experimentado la penetración siendo niñas. Las relaciones esporádicas a esa edad suelen ser más frecuentes de lo que se piensa. Las uniones incestuosas con algún hermano también pequeño se mantienen por lo general en secreto, así como los abusos o excesos con gente mayor.

Las emociones juegan un rol importante. Ellas originan desórdenes que luego se transformarán en malestares del cuerpo. Es natural que una mujer dominada sufra trastornos en aspectos que la identifican como tal. Las que tienen una menstruación difícil a menudo sufren de dificultades para adaptarse a una sociedad opresora. Lo que cada día se hace más claro es que, si bien la menstruación es una fase especial, no causaría tantos malestares si la mujer viviera en condiciones más dignas.

Es poco lo que se puede hacer para cambiar lo social, pero en lo personal, cuando menstrua, la mujer puede hacer ciertas prácticas, cumplir ciertos ritos, recurrir a ciertos símbolos, que actuarán como autoayuda. Por ejemplo, puede vestirse de una manera especial. Todo lo que haga en ese periodo para afirmar su condición de mujer es útil. Ella debe aprender a quererse, con lo que las dificultades del periodo menstrual irán disminuyendo. También es necesario saber expresar la inconformidad con un sistema que es injusto. Si se han vivido experiencias sexuales fuera de lo común, hay que hacer conciencia para no sentirse ni víctima ni culpable.

Son muchas las mujeres que toman drogas tranquilizantes para el síndrome premenstrual, pero estos medicamentos son tóxicos y suelen producir efectos secundarios indeseables. La medicina alternativa ofrece otros remedios. La sanación por medio de remedios naturales llega a las causas de las molestias menstruales trabajando con y para el cuerpo de la mujer, no contra él. Sugerimos probar con acupuntura, sistema chino de sanación usado desde tiempos inmemoriales. En los recuadros indicamos otras posibilidades.

HIERBAS
Las hojas de frambueso con manzanilla disminuyen el flujo menstrual y los síntomas del síndrome premenstrual. El flujo también disminuye con ortiga. Para el dolor y la tensión se puede tomar media cucharadita de extracto de valeriana o pasionaria. Para que venga la regla se toma albahaca, perejil, romero o jengibre. Contra las náuseas durante la menstruación se toman agüitas de menta piperita sola o mezclada con manzanilla.

AROMATERAPIA
Para los síntomas premenstruales, añada al agua del baño diario dos gotas de aceite esencial de manzanilla, dos de romero, dos de lavanda y cuatro de limón. Para el flujo muy abundante o anormal, prepare un aceite para masajes que se aplicará en las partes bajas del cuerpo: sobre aceite vegetal de masajes ponga dos gotas de aceite esencial de canela, dos gotas de enebro, dos de pino, dos de geranio y cinco de ciprés. Para el dolor y molestias menstruales, el aceite para masajes será: una taza pequeña de aceite vegetal con dos gotas de manzanilla, cinco de perejil y una de estragón. Los aceites esenciales para hacer venir la regla y favorecer la pérdida de flujo son los de albahaca, manzanilla, amaro, hisopo, enebro, lavanda, mejorana, mirra, rosa y romero. Para las emociones premenstruales se usa aceites esenciales de manzanilla, melisa, lavanda, rosa y jazmín.