:: ECOLOGÍA.
   Y tierra y agua y aire y sol y luna...

Por: Juan Pablo Orrego S.

Los "occidentales" y occidentalizados -aparte de profundos pensadores a quienes pocos escuchan- imbuidos de positivismo científico, tendemos a olvidarnos de que todas las ciencias humanas son ideologías, son interpretaciones imperfectas de la realidad; teorías que confieren mayor o menor poder para manipular la realidad natural que nos rodea y nos incluye. Como lo han comprobado viajados antropólogos, el querer subyugar, controlar, dominar, o .derrotar. -para explotar a gusto- a la naturaleza, o a otros humanos, no es en absoluto una aspiración cultural de toda colectividad.

Francis Bacon, reconocido como uno de los artífices del paradigma de la civilización, alegaba que hay que viajar a la
Se ha hecho evidente que todo poder -o energía- que no está involucrado en un ciclo biológico, en lo viviente mismo, termina siempre siendo el poder unilateral de la destrucción. Un buen ejemplo es la energía nuclear liberada de la materia, manipulada por insensibles negociantes y tecnócratas, por implacables roles de la guerra y sus esbirros uniformados, por fabricantes y traficantes de armas. Así, más bien para mal, "nuestra" ciencia y "nuestra" tecnología se desarrollan a partir de una tórrida cópula con la guerra. Qué mejor ejemplo que la 2ª Guerra Mundial que impulsó un "salto cuántico" de la ciencia y de la tecnología "occidentales".

La disposición mental/corporal que es la causa y el efecto de la guerra es la de una insensibilidad progresiva hacia la muerte brutal e innecesaria; una indiferencia hacia la destrucción o degradación de todo tipo de seres y espacios vivos de la biosfera. Esta actitud bélica, en la que todo está justificado por las necesidades de la pugna por el poder, prima en los laboratorios-usinas de las naciones "desarrolladas" que profitan de los "conflictos armados", así como en la agricultura industrial que arrasa y envenena importantes porciones del planeta, no por alimentar a los hambrientos sino para acumular estériles billetes, monedas y lingotes de oro en inexpugnables bóvedas de alta tecnología que cualquiera diría que atesoran el secreto de la vida. En este proceso se está literalmente trocando vida por muerte. Billetes, lingotes, monedas y "acciones" no tienen ninguna cualidad orgánica, ningún poder de dar vida. No se pueden comer, ni beber, ni sembrar. Ni para abono sirven.


ARTES SUAVES DE LA SUBSISTENCIA

En otras culturas la ciencia y la tecnología se desarrollan directamente de las actividades de la subsistencia: de la agricultura con toda su complejidad y variedad; de la caza, pesca y recolección; de la medicina y farmacopea autóctonas, del diseño y construcción de viviendas adaptadas a climas extremos sin la mediación de "alta tecnología" -de alto poder y entropía-, ni de formas concentradas de energía solar, salvo la leña para prender el fuego. Subyaciendo y subtendiendo todas estas tecnociencias arraigadas -tecnologías "suaves", de bajo poder y baja entropía; que toman en cuenta el contexto (el resto de la biosfera) en su diseño- está siempre una percepción integradora, artística, biocéntrica (centrada en la vida), que es eternamente revivificada por medio de un ciclo ritual anual y recurrente que involucra a todos los miembros de la comunidad o etnia. El propósito fundamental de estos ciclos rituales es el de hacer reales los vínculos -de recordar la unidad y la interdependencia- entre los seres humanos y entre nosotros y el resto de la biosfera. (Me baso en experiencias que hemos tenido con "gentes" de los Andes del Perú, Bolivia, Ecuador y Chile, con los Huicholes del noroeste de Méjico, con "ab-orígenes" norteamericanos... y en experiencias que otros han tenido.)

¿EXPLOTAR O INCORPORARSE?

Aquel que no anda buscando lograr grandiosas manipulaciones ni de la naturaleza ni de sus semejantes, sino más bien sincronizar con, o incorporarse (hacerse cuerpo) junto al resto de la comunidad bioesférica, va a desarrollar artes de la subsistencia y herramientas muy diferentes de las del que cree que sólo la mano y el trabajo del ser humano transforma, ennobleciendo, lo inorgánico y lo orgánico (lo vivo) nohumano; es decir, según este punto de vista, sólo el trabajo humano le da valor a ala materia bruta, insensible e inconsciente del resto de la biosfera. Según una visión científica popular de la naturaleza es un escenario neutro y estático sobre el cual evolucionan los seres vivos -a cuya absoluta y solitaria vanguardia evolutiva marchan, por supuesto, los seres humanos. La verdad es que toda la biosfera ha co-evolucionado a través del tiempo y del espacio como un solo cuerpo. A estas alturas de la historia de "nuestra" presente biosfera nuestras vidas están indisolublemente ligadas a todos los seres, cosas y fenómenos que la constituyen, desde el más letal virus, a la molécula de agua, al Maíz, hasta el más albinegro Cóndor que planea sobre los Andes.

LA RECURRENTE JUSTICIA DE LA BIOSFERA

Sospecho que esto es lo que Buda quería enseñarnos cuando decía que todos somos Budas, pero que muchos no nos damos cuenta. No hacemos real nuestra unidad con la biosfera. Biológicamente todos estamos dentro de ella, hagamos lo que hagamos, sea lo que sea lo que percibamos o creamos, no podemos estar afuera, pero nuestras mentes encarnadas son capaces de generar y de involucrarse en extraños fenómenos de alucinación colectiva. Culturas divorciadas mental y bioecológicamente del resto de la biosfera. Demasiado humanas. Demasiado antropocéntricas. Mortalmente arrogantes o ignorantes, que es casi lo mismo. Otra percepción posible, que algunos llamarían la del .animista., es que la biosfera es nuestro cuerpo -de ella/él venimos, en él/ella devenimos- y que nuestro cuerpo es la biosfera. Todo acto que afecta a nuestro cuerpo macroscópico más temprano que tarde afectará a nuestro cuerpo microscópico. Esta es la recurrente justicia de la biosfera.

Estrictamente hablando, es el Cosmos entero el que tiene que estar involucrado para que en uno de sus remotos rincones pueda florecer y fructificar este milagroso pero persistente fenómeno que nosotros llamamos vida. Para qué decir cuanto .tiene que ver. el sol con la vida... y la luna, y la atmósfera entera, y la etérea capa de ozono. Hasta el fluctuante magma del corazón fundido de la Tierra brota a la superficie a través de continentes y mares, forma islas, montañas, quema, fertiliza. Roca molida es tierra. Y tierra y agua y aire y sol y luna es verde es azul es insecto, flor, pájaro, risa, dolor... es vida.