:: MUSICANTES.
   Nacimiento de la música.

En el mes anterior presentamos la última parte de la serie “Nuestro pasado indígena”. Ahora comenzamos una nueva serie del mismo autor, esta vez referida a la historia de la música. Este primer artículo se refiere a sus orígenes.

Por: Gastón Soublette Asmussen.

Según las últimas investigaciones antropológicas, la música habría comenzado en el paleolítico, es decir, hace unos treinta mil años. Esto ha sido confirmado últimamente al descubrirse en Francia la caverna con pinturas rupestres más antigua de Europa, la caverna de Chauvet, quince mil años más antigua que la célebre Altamira de España, y Lascaut en la misma Francia. En esa caverna se halló una flauta vertical fabricada de hueso, con cuatro orificios y la consiguiente incisión en el borde superior. Técnicamente, lo que en América se llama una “quena”.
Pero la teoría actual sobre el origen del arte de los sonidos no se refiere tanto a la música instrumental como a la vocal. Para adentrarse en este tema es preciso entender que las cavernas pintadas con figuras de animales fueron templos utilizados por los antiguos gremios de chamanes cazadores. Las pinturas en estos templos subterráneos cumplen una función semejante a la de los frescos en las iglesias románicas y bizantinas y los vitrales en las iglesias góticas. En estos lugares así sacralizados se reunían los chamanes cazadores sentados en el suelo alrededor de un fuego o con antorchas impregnadas con la grasa de los animales que cazaban, y realizaban ritos destinados a honrar a estos seres vivientes como cuerpos visibles de potencias de la naturaleza, y a sacralizar el hecho de servirse de ellos para alimentarse y protegerse del frío. Se ignora el programa del ritual, pero el hecho de que en muchas de las figuras pintadas se perciban los rastros de impactos de proyectiles nos pone en la pista del tipo de magia mimética practicada entonces, a lo cual se suma, en el ritual, la imitación del grito característico de los animales que eran presas predilectas de nuestro ancestro “Cromagnon” (ver ilustración de la raza Cromagnon).

Justamente la imitación de esos gritos constituye la primera forma de uso de la voz humana para emitir sonidos, los que posteriormente se estilizaron y pasaron a ser eso que llamamos “música”. Es probable que esas voces hayan sido emitidas polifónicamente, dado que no existía entonces ningún punto de referencia tonal para ningún tipo de emisión
Cromagnon, raza caucásica del paleolítico, cuya existencia se presume a partir de restos humanos encontrados en la localidad de Francia de ese nombre.
La imagen corresponde a una visión imaginada de un hombre de esa raza.
Pintura en la Caverna de Chauvet, Francia,
19000-17000 antes de Cristo.
sonora, y el hecho de que cada oficiante tenía su propia tesitura vocal.

Los antropólogos que han formulado estas teorías se basan también en el hecho de que todas las cavernas decoradas con pinturas rupestres poseen una acústica excelente, la que previamente debió haber sido probada por los cantores del ritual. Ahora bien, la presencia de una “quena” de cuatro orificios en la caverna más antigua, revela una evolución de la música como arte que ha debido pasar antes por muy largas etapas. Lo más probable, en lo que a la flauta se refiere, es que el descubrimiento de las posibilidades sonoras de un tubo (en este caso un hueso) ha debido ocurrir justamente en el acto de esparcir la pintura en las zonas coloreadas de los animales representados en las cavernas, la cual era lanzada a la manera de un rociador desde la boca del pintor a través de un hueso hueco o una caña.

Sobre la música vocal y su evolución no hay posibilidad ninguna de acceder al misterio de las prácticas rituales paleolíticas, aunque sí en lo que se refiere a la música instrumental. Al hallazgo de una quena de cuatro orificios le precede ciertamente una experiencia con el sonido de tan larga data, como a la perfección del diseño, dinámica y color de las pinturas le precede una experiencia en el manejo de la forma plasmada en una superficie, que muchos antropólogos no vacilan en calificar como el remate perfecto de una escuela chamánica de pintura sagrada de muchos milenios.

La misma perfección de las pinturas, que hizo exclamar a Picasso que ningún pintor de su época sería capaz de pintar así, es la que debemos suponer a la música vocal del paleolítico. En lo que se refiere a la música instrumental, es de suponer que los instrumentos de percusión hechos con masas de piedra o madera que se frotan o golpean entre sí con un pie rítmico, y, posteriormente, los tambores y timbales con parche de cuero sobre vasija de madera, han debido preceder a la flauta, como también los cuernos con boquilla perforada, como es el caso del clásico “cull cull” mapuche.