Por:
Juan Pablo Yañez Barrios.
Primavera,
verano, otoño, invierno...
Comienza un nuevo ciclo, comienza un nuevo año para
esta revista.
Con
este número 13 de Dedal de Oro, la revista inicia
su segundo año de vida. El camino seguido no
ha sido fácil, pero, a pesar de ello, esperamos
continuar durante este segundo año y muchos más,
alargando nuestra huella.
En
el ámbito económico, como ya se ha dicho
anteriormente, la revista depende de la publicidad contratada.
Pero esta publicación también debe su
existencia a la acción de sus colaboradores,
que, solidariamente, aportan sus trabajos para hacer
posible que cada mes aparezca un nuevo ejemplar. El
único beneficio que obtienen es dar a conocer
su labor personal a través de las páginas
de la revista, favoreciendo de |
|
|
este modo
a la comunidad entera mediante la exposición de sus artículos
e ilustraciones. Entre
los colaboradores hay quienes han participado desinteresadamente
desde el primer número, sin otro interés que
aportar al incremento de la cultura general y, puntualmente,
a la del Cajón del Maipo. Entre ellos no falta quien
vive fuera de esta región, pero que la quiere como
si fuera suya. Lo anterior constituye ya un éxito:
que un grupo de personas se entregue con generosidad al logro
de un objetivo comunitario sin obtener ganancia material,
es hacer crecer el espíritu solidario y cooperativo,
que adquiere un valor especial cuando se da en una sociedad
como la nuestra, dirigida esencialmente a la competencia.
Todas estas personas merecen nuestro reconocimiento.
Esperamos,
pues, seguir adelante, y en eso estamos. No se puede olvidar
que una de las tareas más difíciles en el campo
laboral es lograr sacar adelante una publicación periódica.
Desde este punto de vista, el camino seguido por Dedal de
Oro cae dentro de la norma. Por eso, otro logro es haber comenzado
ya el año dos de vida, y con perspectivas de crecimiento.
Si
ha habido errores, que suelen entrometerse con la astucia
de los duendes, es nuestro propósito evitarlos en el
futuro. En ese sentido, apoyar a la revista no sólo
consiste en participar en ella ya sea a través de publicidad
o como colaborador de redacción o gráfica, sino
también dando a conocer a la dirección de la
revista cualquier desacierto que, en opinión de otros,
pueda haber aparecido en sus páginas, cuya voluntad
es corregir y unir. La crítica constructiva es necesaria
y siempre será bienvenida.
|