José
Segura Ibáñez, nacido el 10.05.93, con ideas
propias y de sus tres amigos, nos escribe sobre la amistad:
La
amistad para nosotros es como un don que no se puede despreciar
ni ignorar. Es como la paz de los niños, jóvenes
y adultos. En los niños se ve como un juego, en
los jóvenes como una ayuda y en los adultos como
una responsabilidad tan grande como el mundo entero. Una
persona sin amistad es una persona triste y sola, como
una mosca en una montaña, tan triste como un hijo
de luto. Por eso la amistad es tan grande que ni con un
disgusto o una pelea se destruye. Sólo se destruye
con la desconfianza. El dolor que uno siente cuando desconfía
de un amigo es tan inmenso y a la vez tan pequeño,
y uno no sabe qué hacer con ese dolor y piensa:
la amistad es una prueba de Dios.
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Eric
Olea Muñoz, nacido el 24.02.93, nos escribe sobre
el amor inesperado:
Cuando
no estaba preparado, el amor de tu inocencia me atrajo
con sólo tu mirada, y me enfermé de amor
y me recetaron vitaminas de cariño. Y cuando me
enamoré sentí que estaba entre las espinas
y los pétalos, me sentí embrujado por tus
hechizos, como si me estuviera ahogando en una ola de
amor y penumbra. En eso desperté y había
una mariposa y me hechizaste con tu polvo de alas mágicas.
Yo sé que soy de tu agrado, por qué no me
das el sí. ¡Ay, te llevaría a ver
unas siluetas de amor y viviríamos en un invierno
de agua mineral!
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