:: GENTE DEL CAJÓN.
    Mi nombre es Jorge Valenzuela.

Preparado por Cecilia Sandana G.

Mi nombre es Jorge Valenzuela, tengo 44 años, mi condición de homosexual la asumí bien claramente a los 13 años y soy feliz como soy. Vivo en San José de Maipo, con mi amigo, y allí cada uno tiene su intimidad. Mi vida es muy tranquila, cooperadora, y no tengo problemas con nadie. Mi familia me respeta, yo no molesto a nadie. En realidad, no sé si les costó asumir mi condición, pero yo, con respeto, he llevado mi vida. Soy una persona plena porque mi familia y la gente me apoya, pero el respeto me lo he ganado.

Yo llegué a San José el día 13 de abril de 1989, desde Puente Alto. Llegué buscando arriendo. Encontré a la señora Angélica Pino, y ella necesitaba a un peluquero y ahí me quedé trabajando. Estuve un tiempo a prueba y me quedé por 6 años con ella. Mi estadía ha sido buena todo el tiempo, no he tenido problemas con nadie. Igual he sido una persona tranquila. Aquí la gente es buena, y me quieren.  
 

Trabajo con una doctora hace 25 años. Ella me decía: Jorge, estudia algo, qué vas a hacer cuando yo me muera. De modo que opté por peluquería, me gradué, y le di esa satisfacción a ella y a mi mamá, de tener una profesión. Hay mucha gente que por mi profesión llegan a pedirme consejos, y hablamos, eso a mí me gusta.

De acuerdo a mi condición, yo no me siento discriminado. Mi vida ha sido tan serena que no puedo decir lo contrario, pero tengo amigos que sí son segregados, pero es porque llevan una vida diferente. Yo, personalmente, he recibido harto respeto de la gente, porque cada persona debe ser respetada. Creo que la condición de homosexual en Chile ahora se está viviendo de una forma más aceptable. No pertenezco a ninguna agrupación gay y no voy a manifestaciones.

Hace un tiempo fui a dar una charla a un colegio de acá de San José, sobre el Sida y sobre mi condición. Los chicos, con todo respeto, me hicieron preguntas, y al final me retiré con aplausos, y lo más importante que les dije fue que debían cuidarse porque ahora la juventud estaba muy apresurada. Entonces, que el día de mañana se cuiden y usen preservativos. Les dije también que nosotros somos seres humanos como todos.

Con respecto al matrimonio gay, encuentro que cada uno tiene derecho a hacer su vida como quiere, donde quiera y con quien quiera. Y con respecto a la adopción, yo personalmente no lo haría, pero estoy de acuerdo porque uno puede entregar amor, educación, y si es a un niño que no tiene nada, ¿por qué no? Nosotros como educadores tenemos mucho, por lo tanto podemos separar lo de nosotros y entregarles una vida normal. Y si tuviera que hacerlo me gustaría adoptar a una niña, porque creo que la haría una dama, una señorita.

Yo realizo show a beneficio. Me llaman cuando se requiere juntar plata para algo, como para la navidad de los niños, si alguien esta enfermo, etc. Siempre he recibido aceptación de parte de la gente, nunca he tenido ningún rechazo, sólo halagos, y me siento feliz de que la gente me tome en cuenta y ser alguien importante aquí. Con esto del show comencé en la playa. Me vestí y allí use mis primeros tacos, y bien que lo he pasado. Nosotros hacemos transformismo, y con eso ayudamos a la gente. Lo hacemos siempre con respeto, y de esta forma nos respetan también a nosotros. Por lo que soy la gente me ha considerado, y además deben separar lo que es transformismo y lo que soy yo como persona, porque cuando estoy en el escenario muestro toda mi faceta de lo que soy como mujer, es una actuación, porque me gusta ser como soy y hacer lo que hago, y me siento feliz por todo lo que me da la vida. Pero cuando termino el show me vuelvo a mi casa y soy la misma persona de antes.

Yo cuidé a unos ancianos que estaban solos, eran familiares de una amiga mía, y me dijeron si me quería ir a vivir con ellos porque estaban viejitos y no tenían quién los cuidara. Tenían hijos, pero ellos estaban muy ocupados. Yo les dije que sí. Llegué a la casa, cuidé a los abuelitos, limpié la casa, le di vida, ellos vivieron muy felices. Yo trabajaba, y cuando estuve ahí ellos tuvieron de todo: Pascua, año nuevo, cumpleaños, y eso les dio felicidad a ellos y a mí. Me acuerdo que uno de ellos se cayó y yo lo llevé al hospital y lo cuidé. Cuando murió yo lo vestí y lo velé. Al año siguiente murió la señora de él. Les di mucho cariño y yo creo que son ellos los que me cuidan desde el cielo. Además, creo que todo se retribuye en la vida.

Por último, quiero darle las gracias a Dedal de Oro por darme la oportunidad de dar esta entrevista. Bueno, espero que nos vaya bien a todos y que la gente siga aceptándome como soy, y quiero decir que nunca los voy a defraudar, y que ayudaré a la gente cuando lo necesite. Quiero también darle las gracias a la señora Angélica Pino, que me abrió sus puertas sin conocerme, y a toda la gente que me ayudó. También quiero aprovechar de decir que todos somos seres humanos, con diferentes cualidades, pero tenemos sentimientos iguales.