:: BELLO VIEJO CAJÓN.
    La aduana de El Manzano.

En esta cuarta entrega sobre el patrimonio arquitectónico de San José
de Maipo, el arquitecto y ex concejal de la comuna, Humberto Espinosa Poblete, nos habla acerca de las funciones de aduana que se realizaban
en el Cajón del Maipo desde el siglo XIX.

La Aduana se encuentra ubicada en la localidad de El Manzano frente a la Capilla, por la Ruta G25, camino a El Volcán. Forma con la Estación del Ferrocarril y la Capilla un conjunto histórico de gran valor. De hecho, la Dirección de Arquitectura tiene entre sus proyectos conformar físicamente este centro histórico mediante un proyecto que involucre a los tres monumentos históricos en una gran Plaza Cultural de encuentro ciudadano. Para ello ya ha tomado contacto con la Dirección de Vialidad, quienes han puesto este pie forzado al futuro ensanche y remodelación de la ruta.

Esta sencilla construcción, que cumpliera las funciones de aduana hasta 1973, fue construida hacia 1830/1840 (*1) como la Casa Patronal del Fundo de El Manzano, propiedad de la familia Alen, actualmente con una superficie de 291.30 m2. Hacia 1870 la propiedad fue rematada pasando a ser propiedad del Departamento de Aduanas de Frontera. Su terreno tiene actualmente sólo 30.431 M2, después de algunos extraños “recortes”, apropiaciones de particulares en su límite norte. El resto de los terrenos del fundo serían expropiados por la CORA hacia los años 65/70 durante la Reforma Agraria y entregados a agricultores y campesinos de la zona, los que después vendieron a particulares que han seguido subdividiendo.

La forma original de la construcción, una L, contemplaba un ala perpendicular a la actual por su costado poniente, que avanzaba hacia el Camino a El Volcán. Construida en adobe, se derrumbó en 1958 con el terremoto de Las Melosas. En 1983, Aduanas decide demoler lo que queda de ella. En esa zona se desarrollaba la parte principal de la casa, donde se ubicaban la sala, el comedor, el escritorio y otras dependencias destinadas a actividades familiares y sociales, quedando en el ala actual los dormitorios y dependencias secundarias. Ésta está conformada por un núcleo central de piezas comunicadas entre sí, de estructura de madera con adobillo. Por el norte y el sur rodean este núcleo central dos amplias galerías de estructura de madera y ventanales corridos, que servían entonces de agradables y asoleadas zonas de estar.

Una Historia olvidada

La Aduana Portillo del Maipo, como se la conoció desde fines del siglo XIX, cumplía funciones de control del Camino a El Volcán en su calidad de paso fronterizo, al comunicar con los pasos de La Aduana Portillo del Maipo, como se la conoció desde fines del siglo XIX, cumplía funciones de control del Camino a El Volcán en su calidad de paso fronterizo, al comunicar con los pasos de Piuquenes y Cruz de Piedra, entre los principales del Cajón del Maipo. Este Servicio, que unía a Aduanas y Carabineros de Fronteras, funcionaba anteriormente en una pequeña garita/retén junto al actual puente del Río Colorado, y, años más tarde, en el actual Retén de Carabineros de San Gabriel, en ese entonces “avanzada de Aduanas”. Esta labor se inicia con anterioridad a 1835 a través de un servicio especial de Carabineros de Frontera.

Hacia 1940 el camino sólo era una huella de tierra, más para uso de carretas, ganado y arrieros. Pasaba por ella una micro al día, que unía Puente Alto con San José de Maipo. El tráfico principal de pasajeros, vecinos de la comuna en especial y algunos visitantes, se hacía a través del Ferrocarril Militar, que además, en otros horarios, bajaba calizas y otros materiales provenientes de las minas del interior del Cajón. En 1970 asume como Jefe de la Aduana Don Daniel Molina Valenzuela. Su tarea principal era controlar el paso de ganado que subía y bajaba de las veranadas o que cruzaba por los pasos de El Portillo Piuquenes, Río Negro y otros. Sus dueños, distintos ganaderos del Cajón, debían inscribir sus marcas en las oficinas de la Tesorería, en Santiago, declarando la cantidad y características de su ganado. Asimismo, debían dejar un facsímil del “dibujo” de su marca. Estos datos se anotaban en un libro de registro, llevando a la Aduana sólo los papeles de inscripción y copia del facsímil. El Jefe de la Aduana (no había más personas a cargo), apoyado por los Carabineros de Aduanas y provisto de los registros y antecedentes, hacía controles a la vuelta del ganado desde aquellas veranadas, en El Manzano o en San Gabriel, subiendo a veces a caballo a los diferentes pasos fronterizos.

En 1973 llega a la Aduana de El Manzano un nuevo funcionario uniformado, de civil, a ejercer controles y trabajos de investigación sobre la población de la zona ajenos a la función de Aduanas, retirándose después de algunos meses, con lo cual la Aduana deja de funcionar. A fines de 1973 las tareas de control fronterizo son traspasadas definitivamente a Carabineros. Don Daniel Molina y su familia se dedican entonces a cuidar la propiedad y a mantenerla como centro turístico para los funcionarios de Aduanas. Actualmente, ya declarada Monumento Histórico, la Aduana espera financiamiento para transformarse en un Museo del Servicio General de Aduanas.

(FUENTES: -Sra. Gladis Sexton , viuda del ultimo jefe de la Aduana Don Daniel Molina Valenzuela. Vivió en la Aduana hasta el año 2004, y hoy en una población vecina con su familia. -Archivos y biblioteca de la Dirección de Aduanas. -Archivos de INDAP.)

(*1)

CHARLES DARWIN EN EL CAJON DEL MAIPO

El gran médico, naturalista y explorador Charles Darwin, que dio vuelta al mundo y recorrió muchos rincones de Chile investigando y luego escribiendo sobre su geografía, gente e historia, también nos habla de su paso por la Aduana del Cajón del Maipo. Después de su viaje a Chile a bordo de la motonave Beagle, en Marzo de 1835, en su diario “Passage of the Cordillera”, él deja este testimonio sobre su paso por el Cajón del Maipo: Partimos hacia el paso Portillo. Dejando Santiago atravesamos el llano árido donde se levanta la ciudad. En la tarde llegamos al Maypu (Maipo), uno de los principales ríos de Chile. El valle, en el punto donde se interna por la primera Cordillera, está flanqueado por ambos lados por grandes montañas desnudas. Aunque no es ancho, es muy fértil. Numerosas casas están rodeadas de villas y por plantaciones de manzanos, nectarines y duraznos. Las ramas se caían con el peso de la hermosa fruta madura. Al atardecer pasamos la Aduana, donde se examinó nuestro equipaje. La frontera de Chile está mejor resguardada por la Cordillera que por las aguas del océano. Hay muy pocos valles que llevan hacia las cadenas centrales y las montañas son impasables en otras partes por animales de carga. Los oficiales de la Aduana fueron muy gentiles, lo que quizá se debía en parte al Pasaporte que me había dado el Presidente de la República; pero debo expresar mi admiración por la cortesía innata de casi todos los Chilenos. En este caso el contraste con el mismo tipo de personas de otros países era muy marcado...”