Nuestro
porvenir está en nuestras manos. Si violamos la ley del
amor (uno de los siete aspectos del creador) en esta vida, crearemos
sufrimientos para el futuro. Por el contrario, pensando positivo
y actuando rectamente ahora, no solamente mejoraremos las condiciones
de esta vida, sino que crearemos un futuro más armonioso
y liberador. Pero existe un problema: encontrar cuál
es nuestro destino o sitio correcto en esta vida, donde nos
hallaremos felices y saludables, prósperos y con toda
la oferta necesaria para cubrir bien nuestras necesidades, lo
que implica que seremos libres. No puede ser que el creador
haya creado una entidad espiritual como tú sin un propósito
especial. Esto significa que hay un sitio especial para ti y
que no lo puede ocupar nadie mas que tú.
¿Cómo conoceremos
nuestro sitio propio? La respuesta es sencilla, como todo
lo del creador.
Desde
mucho antes de este momento se ha estado susurrando en tu
corazón esa cosa maravillosa que él desea para
ti, aquel secreto que guardas en tu corazón, aquello
que no te atreves ni a mencionar por temor al ridículo,
ese deseo que te parece imposible realizar. Es la voz del
creador que te llama para que ocupes el sitio que él
ha guardado para ti.
Si estás
descontento, fastidiado, sin ilusiones, entonces estás
insatisfecho. Esto es útil, ya que te indica que no
estás ocupando tu sitio, aquello que amas hacer y que
gozas haciéndolo. La voz del creador es la voz que
dice que hay que obedecer tarde o temprano. Cuando el creador
llama a su servicio todo lo provee: oportunidades, dinero,
conocimiento, libertad, fuerza, valor... Siempre que estés
dispuesto a unir tu voluntad a la suya.