:: TACONES LEJANOS.
   ¿Que has vivido realmente?

Por: Nimodu.

Impresiones de una chilena residente en Alemania desde hace 32 años. Cuando se fue estaba viviendo en el Cajón del Maipo, y hoy, conocedora de esta revista y de su página web, quiere hablarnos de sus experiencias y valores.

El invierno en Alemania llegó con su ola de depresiones habituales y sus días que no aclaran, con lluvias y nieves, muy húmedo y frío. Los autos y la gente patinaban en las calles y todos continuaban su atareado ritmo de vida habitual despotricando por el mal tiempo y olvidando lo espectacular que había sido el otoño con su colorido de árboles, desde el amarillo hasta el rojo intenso, y con un sol y temperaturas altas que ignoraban el calendario. Ahora el río arrastra hielo, los lagos se congelan y la gente patina sobre ellos haciendo cabriolas. Me encantaría hacer lo mismo, pero nunca aprendí. Hay tantas cosas que quisiera poder hacer y que a mi edad ya es muy tarde para empezar. Los huesos ya no se sueldan tan rápido y sencillamente me da miedo. Esto me lleva a

...AHORA EL RÍO ARRASTRA HIELO Y LOS LAGOS SE CONGELAN....
HAMBURG, AUSSENALSTER, FEBRERO 2006
reflexionar sobre lo que uno va postergando, hasta que ya es tarde y te quedas con la sensación de pérdida.

En diciembre me enamoré y los copos de nieve sobre el árbol frente a mi ventana me parecieron flores de primavera, en mi estómago revoloteaban mariposas y andaba suspirando como una adolescente. Este sentimiento que recién comienza ya me provoca dolor. De pronto aparece este ser del cual ya no quiero prescindir y el día se me pasa entre sueños esperando el momento de estar de nuevo en sus brazos. Yo que estaba muy tranquila y conforme con mi vida independiente, con mis problemas por solucionar, mis amistades y entretenciones, mi pintura y mi música. Ese amor llega a perturbar mi soledad, pero me da energías y hace revivir cosas que había olvidado, es un regalo que no esperaba. Luego llega el momento en que me encuentro de nuevo sola y a merced de mis nostalgias, porque su vida y su trabajo nos obligan a una lejanía física insuperable.

Conozco una pareja que después de vivir juntos más de veinte años, con hijos adultos, pese a haberse distanciado completamente, continúa construyendo su casa, invirtiendo tiempo, dinero y energías. Gasta la vida en un objetivo que es una inversión que después podrán vender para tener con qué costear los gastos de la vejez, o para la sucesión. Una cosa práctica que da seguridad. Por otro lado, cambiar esa situación de subsistencia es tan incómodo, que prefieren continuar autoengañándose. Trabajar intensamente cada día para tener asegurado el futuro. ¿Pero dónde está la calidad de vida actual, si estás compartiéndola con alguien con quien no hay comunicación y estás dejando pasar el tiempo pensando en qué futuro? En una canción de la Nueva Trova Cubana hay una estrofa sabia que dice aferrarse a las cosas detenidas es ausentarse un poco de la vida.

Hasta hace más de un año trabajaba en una agencia de publicidad como directora de arte. Mi tiempo libre era muy reducido y mi agotamiento era tal, que los fines de semana me dedicaba a descansar y en lo posible evitaba salir de mi casa. Hacía mucho tiempo que me costaba moverme, pues tenía dolores en todo el cuerpo y una alergia en la piel que había recrudecido de tal modo que tenía heridas. Los médicos no comprendían la causa de mis dolores, al cabo de muchos exámenes no encontraron nada. Mis malestares recrudecieron cuando tuve una pérdida familiar muy grande. Luego perdí mi trabajo, y en vez de sentirme angustiada por un futuro incierto, me invadió un gran alivio. Me sentí liberada y me dediqué a la pintura, a ver exposiciones, visitar museos, juntarme con amigos, ir al cine y viajar un poco. Los dolores y alergia han desaparecido en el transcurso de este año.

Tu ser racional te hace seguir funcionando, y aunque tratas de ignorar tu conciencia, tu cuerpo se rebela ante la frustración, contra el autoengaño, y te envía mensajes de que algo no está bien. Comienzan los malestares psicosomáticos y se crea una situación que va escalando hasta que estás realmente enfermo. Me pregunto si vale la pena. Cualquier día puede ser el último y... ¿qué has vivido realmente?.