:: PALABREANDO.
   La palabra huevón.

Por Vania Ríos Molina.

Caminando hace unos días por la calle Huérfanos me detuve frente a un gran letrero en las afueras del cine. El pendón promocionaba la última película chilena El Rey de los Huevones. Me quedé pensando en cuánto ha cambiado nuestra sociedad. Hace unos años era impensable pronunciar ciertas palabras públicamente y, entre ellas, el término “huevón”. Hoy día, es difícil encontrar instancias en donde no se mencione aquella palabra. Podemos oírla en la radio, en los cada vez más famosos estelares, en las teleseries, leerla en los diarios, etc. Debe ser que hemos entendido que el huevón, con todas sus connotaciones y derivaciones, es una de las expresiones más características del habla chilena y, como tal, merece ser mirada con naturalidad y despojada de su antigua carga coprolálica.

Considerando el revuelo que ha tenido el tema por estos días, decidí indagar acerca del origen del término. En la Biblioteca de Santiago encontré el libro “La Palabra Huevón” del profesor de Castellano Emilio Ávila, que, bajo el seudónimo de Cosme Portocarrero, aborda exclusivamente el tema, dándole un tratamiento serio y profesional. De él extraje las principales ideas que dan forma al Palabreando de esta edición.

La palabra huevón se emplea en varios países de América Latina, pero en ninguno para referirse a tan amplia gama de personajes y situaciones como en Chile. Diciendo huevón podemos desde insultar, demostrar cariño y admiración, hasta compadecernos de alguien. El vocablo procede de “hueva”, sustantivo femenino que encuentra su origen en la voz ovum, que quiere decir huevo. Por la semejanza que el pueblo vio entre este popular alimento y los testículos, llamó hueva al atributo natural de los hombres. De aquella raíz latina (ovum) se formó otra raíz vulgar, “huev”, presente en hueva y en todas sus derivaciones.

Algunas palabras derivadas de hueva son:
Huevada. Quiere decir tontería, idiotez. Esta expresión suele asociarse a acciones (hacer una huevada), cuyos resultados casi siempre hacen recurrir a otro término muy usado: “cagada”. Ejemplo: “por hacer tantas huevadas, dejó la cagada”.
Hueveta. Se usa en forma esporádica en nuestro lenguaje habitual. Corresponde a un sustantivo aplicado al que es torpe, pesado, pretencioso o estúpido. Ejemplo: “A ése no lo invites, es demasiado hueveta”.
Huevear. Realizar acciones sin objetivos definidos o útiles, como vagar, molestar. También se refiere a divertirse irresponsable y puerilmente, “parrandear”, “haraganear”; siempre con el sentido implícito de actividad insensata e impropia. Ejemplo: “Acá estamos estudiando, así que déjate de huevear”.
Hueveo. Se refiere a actividades inclinadas a la travesura, pérdida de tiempo y que reciben la reprobación de personas graves y formales, aunque no constituye una acción punible o vergonzosa. Por ejemplo, la conducta que es normal en un niño, pasa es ser hueveo en un mayor de edad. Algunos hueveos típicos son: jolgorios provocados por la ingesta de alcohol, fiestas, concentraciones, etc.

Situaciones en que se utiliza la palabra hueva:
¡Las huevas!
Se emplea para negar rotundamente una proposición, sugerencia o afirmación con la que el hablante no está de acuerdo. Ej.:
-Deberías servirme diariamente el desayuno.
-¿Yo? ¡Las huevas! – (por supuesto que no).
¡Como las huevas!
Oración que enfatiza el desmedro o ruina de un objeto, estado o situación por la que el interlocutor pregunta. Ej.:
-¿Cómo te fue en el examen?
-¡Como las huevas! – (extremadamente mal).
Saco de huevas.
Frase sustantiva cuyo objeto es descalificar a alguien por un error garrafal. Se da casi exclusivamente entre hablantes obreros, campesinos, particularmente de clase media. Ej.:
-¡Tírale al arco…saco e’hueas! – (pedazo de bruto, torpe).
Ni huevas.
Frase adverbial usada como complemento directo de una acción que es negada. Ej.:
-¿Qué te pareció la clase de física?
-¡No caché ni huevas! – (no entendí absolutamente nada).
Una hueva.
Frase utilizada para destacar la poca importancia que se atribuye a algo. Ej.:
- Juan dijo que ya no te quiere.
-¡Me importa una hueva! – (me importa un comino).
Tirarse las huevas.
De extenso uso entre estudiantes, profesionales y trabajadores intelectuales en general. Se usa como confesión de pereza transitiva, con contenido humorístico no ofensivo. Ej.:
-Me tiré las huevas toda la mañana – (me relajé sin hacer absolutamente nada).
¿Me has visto las huevas?
Interrogación empleada para preguntar si el interlocutor piensa que el hablante es un tipo fácil de engañar, o utilizada por alguien que es víctima de un abuso de confianza. Implica protesta y afirmación. Ej.:
-Te invito a pasear a Viña. Tú pagas los pasajes y yo me pongo con unas bebiditas.
-¿Qué?¿Me has visto las huevas? – (has percibido en mí algún rango de idiotez que te haga pensar que puedes abusar tan descaradamente).

Mención aparte merece la palabra huevón, la más omnipresente y versátil muletilla del lenguaje chileno, que puede usarse como sustantivo y como adjetivo. Como sustantivo puede adquirir un tono libre de connotación, al referirse como huevón a un “sujeto”, “tipo”, “fulano”. También se utiliza con un sentido amistoso, para referirse al “amigo”, “compadre”. Por último, se le otorga un alcance peyorativo cuando en lugar de huevón se dice “tonto”.

Como adjetivo la palabra huevón adquiere varias connotaciones. La primera, para referirse a alguien “desprevenido”, “confiado”, “incauto”, “ingenuo”. Se usa, además, para aludir a un individuo “idealista”, “altruista”, “honrado”, “bonachón”. Finalmente, se emplea como sinónimo de “torpe”, “tonto”, “estúpido”.

Algunas palabras derivadas de huevón son:
Huevonaje.
Sustantivo colectivo que reúne a un conjunto de huevones. Representa un término ultra despectivo, equivalente a gallada, chusma o gentuza. Suele oírse en boca de gente de alto rango sobre un grupo que está a su cargo (sargentos, capataces). Ej.:
-¡Ya… para afuera todo el hue’onaje! – (retírese todo el mundo).
Ahuevonado.
Es el que adopta transitoria o permanentemente rasgos físicos y conductuales del huevón, con su connotación de “tonto”, “torpe” o “estúpido”. Ej.:
-¡Fíjate por donde caminas, ahueona’o” – (pon atención por donde andas, no seas torpe).
Tonto huevón.
Representa al pobre diablo, al individuo distraído. Ej.:
-No hallo la hora que sean las seis para irme a la casa.
-¿Qué no estás viendo, tonto huevón, que ya se fue hasta el portero? – (¡eres tan distraído!…¿no te has dado cuenta que hasta el portero se fue?).
Pobre huevón.
Describe el carácter insignificante, mínimo, del sujeto objeto de este despectivo epíteto. A diferencia del huevón anterior, tiene un matiz compasivo. Se le considera un sujeto desdichado, víctima de un destino cruel. Ej.:
-Para variar, lo dejaron plantado al pobre huevón – (lo dejaron esperando al desdichado).
Huevón maricón.
Individuo débil y blandengue, con poca palabra y dignidad varonil, no necesariamente sexual. Ej.:
-¿Dónde se metió Manolo?
-Se fue a su casa hace rato…el huevón maricón dijo que tenía que dormir – (tenía sueño el lindo).

Sin duda, debe haber más categorías para este polisémico epíteto, pero sólo los chilenos sabemos qué huevón usar y en qué contexto hacerlo. DdO