:: BELLO VIEJO CAJÓN.
   
  La iglesia parroquial de San José de Maipo.

Una historia dentro de la Historia
Sexta y última entrega sobre el patrimonio arquitectónico del Cajón del Maipo. En esta ocasión, el arquitecto y ex concejal Humberto Espinosa Poblete, nos habla de la iglesia de la capital de la comuna.

Uno de los más importantes patrimonios de San José de Maipo lo constituye nuestra Iglesia Parroquial, la que guarda en sus muros gran parte de nuestra historia. En ella y en torno a ella se fue tejiendo esta gran manta de colores de la historia de nuestro pueblo casi desde sus inicios mineros en el siglo XVIII.

Por su valor histórico patrimonial y reconociendo en ella elevados valores sociales y culturales, esta iglesia es declarada Monumento Histórico por Decreto del Ministerio de Educación N° 309 del 15 de Junio de 1992, un mes antes de la celebración de los 200 años de vida de nuestra comuna. En sus altos muros de adobe, en el tañido de sus campanas, en sus antiguas imágenes, podemos encontrar, además del recogimiento a nuestra fe, muchas de nuestras raíces, costumbres y vivencias de la historia sobre las cuales se sustenta el presente y el futuro de nuestra comuna.

La Parroquia de San José de Maipo, “desmembrada de la Parroquia de Ñuñoa”, es erigida en Curato el 20 de Diciembre de 1798, según consta en el antiguo Libro de Bautismo, que data de 1797. No obstante, las crónicas cuentan que la atención pastoral de la villa ya se había iniciado en 1793. Dice Francisco Solano Asta-Buruaga: El 9 de Octubre de 1797 la erigió el Obispo Francisco José de Moran en asiento de Parroquia, con jurisdicción sobre todo el abra de ese Río, desde la punta de Chequén hasta el Volcán de Maipo, inclusas la cordillera respectiva y la hacienda de San Juan, a la parte occidental del Río. Hacia el noreste se halla El Alfalfal con los Baños Termales de El Tupungato...

Siete años antes, el 16 de Julio de 1792, Ambrosio O’Higgins había fundado la Villa de San José de Maipo, con su trazado de 27 manzanas de 84 metros por lado, cortadas por nueve calles de sur a norte y cuatro de este a oeste. Asignados los 104 solares de la Capital de la Comuna se considera un solar para la Iglesia y otro para el Párroco. En el corazón de este trazado colonial se ubica la Plaza de Armas y, frente a ella, se erige la Iglesia, que se transformará en el hito mas importante de la comuna.

El templo parroquial recoge en su edificio la arquitectura y los sistemas constructivos de la época colonial, típicos del siglo XVIII. Terminada su construcción en 1800, se aprecian sus simples líneas, dirigidas especialmente a acoger su funcionalidad, denotando un equilibrio formal con su gran volumen central; y en su esquina sur, la torre de madera , sobre arcos y columnas de ladrillo, y que fue levantada casi cien años más tarde. En la torre se ubicaban las tres campanas de bronce que hacían resonar su tañido en brazos del viento del Cajón, retumbando en los cerros e invitando a los fieles al recogimiento espiritual. (Por el estado de la torre, las campanas de bronce han sido reemplazadas, desde hace algún tiempo, por una grabación de su tañido trasmitida a través de parlantes, ubicados en la misma torre.)

Al igual que la mayoría de las iglesias coloniales de la zona central del país, ésta se caracteriza por su volumen de una sola nave alargada de proporción 1:4. Sus materiales principales aportan con su nobleza, como los adobes de sus gruesos muros, estructurados al exterior por pilastras y machones del mismo material. Por su costado sur, fuera del trazado original y sobre gruesos pilares de albañilería de ladrillo, por iniciativa del Párroco Don Rafael Eizaguirre, se construye, en 1878, el pórtico de arcos de medio punto que conforman su acceso principal, y la torre, cuyo diseño neoclásico es atribuible al arquitecto italiano Eduardo Pravasoli. En el centro de éste pórtico se levanta la Torre, de 18,10 metros de altura, la que es dañada con el sismo de 1906. Posteriormente la torre es repuesta por la actual, de estructura de roble forrada con un entablado de la misma madera, la que remata en un chapitel de cuatro mantos curvos coronado por una linterna y la cruz. (Hoy en día la torre se encuentra seriamente dañada, pues su estructura ha sido atacada por termitas y algunas pudriciones por humedad, por lo que urgentemente deberá ser abordada su restauración. Esta recomendación técnica se viene haciendo a las autoridades municipales y parroquiales desde 1997.)

En 1969, siguiendo la nueva liturgia post Concilio Vaticano II, el Párroco Luis Farré modificó el interior acortando la nave con un tabique falso que ocultó el presbiterio y el retablo de mármol instalado en 1878. El altar original es recuperado a incitativa en los noventa. En el interior podemos apreciar su rústica estructura, de techumbre a 6.25 metros del piso, la que con una pendiente de 50º eleva sus piernas para formar la cubierta a dos aguas. El Coro sobre el acceso, también de madera, es soportado por dos columnas del mismo material, con fuste circular sobre las basas de piedra. Cuenta además con una entrada lateral hacia Calle Comercio.

Don José Santos Arambulo, su primer Cura Párroco, fue nombrado en el cargo por el Obispo Don Francisco José de Marán en 1798. Luego seguirían otros sacerdotes de diferentes congregaciones, como Agustinos, Mercedarios, Franciscanos, entre titulares y suplentes, que suman a la fecha más de sesenta. Muchos de ellos dejaron a su paso importantes obras y avances a través de su gestión parroquial, entrega a la comunidad y realizaciones perdurables en el tiempo. Algunos estuvieron sólo un año en el cargo, y otros, como Fray José de la Cruz Bravo, estuvo a cargo de la iglesia veinte años (1857–1876), no obstante ser interino.

No quisiera terminar este recuento histórico de nuestra Iglesia sin mencionar a uno de los párrocos más destacados por su labor y logros, el Presbítero Rafael Eizaguirre E., el mismo que en 1878 hizo levantar la Torre de la Iglesia. A él también le debemos la existencia del Hospital, el Cementerio y la Escuela Parroquial que lleva su nombre, su obra más destacada en la Comuna en los seis años que estuvo en su cargo (1876 – 1882). Hay mucho más que conocer de él y de otros destacados sacerdotes que colaboraron junto a otros vecinos y hombres públicos de la zona al desarrollo y engrandecimiento de la comuna. Esperamos, más adelante, hablar de ellos y sus obras.

FUENTES:
1. Archivos del Departamento de Patrimonio Arquitectónico
de la Dirección Nacional de Arquitectura MOP.
2. Archivos y publicaciones Parroquiales de la Iglesia de San José de Maipo.
3. Apuntes para una Historia Parroquial. 200 años de una Parroquia.