:: EL CAJÓN DE LAS VERDADES OCULTAS.
   Déjá Vu.
Para Antonia, que nació mientras yo escribía estas líneas.

Por: Marisol Larenas Navarrete.

¿Quién no se ha sentido sorprendido en el transcurso de su vida al percibir una conversación, un hecho o sucesión de acontecimientos, con la clara percepción de haberlo sentido antes? ¡Esto lo soñé! Este es el fenómeno al que llaman Déjá Vu, del francés “antes vivido”.

Médicos y científicos estudian hasta el día de hoy este fenómeno. La teoría más aceptada es que el Déjá Vu se produce por “fallas” en la memoria cuando la mente consciente choca con la inconsciente, lo que produce la sensación de haber vivido el hecho que se está presenciado o del que se participa. Algunas veces esta percepción viene de la mano o antecede a un leve mareo, lo que genera la sensación de estar detenido en el tiempo durante unos segundos.

Fue justamente eso lo que me sucedió una noche en el Cajón del Maipo…en el Cajón de las verdades ocultas… más específicamente en la localidad de El Volcán, después de un eclipse de luna, al momento que esperaba pacientemente por un plato de cazuela… Alguien me habla, volteo… y fue esa
imagen, la de esa persona hablándome, exactamente lo que me provocó la sensación de “antes vivido”. En otra vida, en Francia -nos reímos, y continúo todo tal cual. Este es un claro ejemplo, que me dejó pensando y me motivó a investigar sobre este
tema.

Según los científicos estudiosos de este fenómeno, hay tres tipos:
- La sensación del “ya visto” o “ya hecho” (Déjá Vécu). Fue lo que me pasó a mí. Es sentir que lo que vemos o de lo que participamos ya ocurrió. Generalmente sentimos que lo hemos soñado.
- Fenómeno del “ya sentido” (Déjá senti). Es menos frecuente que el anterior. Sólo algunas personas pueden dar fe de este fenómeno. Es como si en las primeras etapas de la vida, niñez y juventud, experimentamos por primera vez la partida de un ser querido. Al recibir la dolorosa noticia notamos que la sensación de desgarro en el corazón ya la percibimos antes, como si supiéramos que esta persona iba a morir… sin que antes nos tocara vivir una experiencia así.
- Y por último, el más interesante y poco común, el llamado “ya visitado” (Déjá visité). Si a usted le ha sucedido ponga mucha atención, ya que muy poca gente tiene esta suerte. Es cuando vamos por primera vez en nuestra vida a una casa, ciudad, localidad o cualquier lugar, y sentimos que ya hemos estado ahí, que en algún momento ya visitamos este lugar. Es más: sorprendentemente sabemos orientarnos sin mapa y sin que nadie nos indique el camino. Si es en una casa, sabemos la ubicación exacta de las piezas o de la cocina o cuántas salidas hay al patio.

Esa fue la explicación científica. Ahora veamos el lado místico. Del Déjá Vu se tiene antecedentes desde la antigüedad, aunque se comenzó a estudiar más seriamente sólo a partir de 1800. En escritos antiguos de diferentes culturas ya figuraban relatos de personas que afirmaban haber visto distintos hechos y sentir que lo habían soñado. Fue en la época del oscurantismo que se frenó la libre expresión de estas sensaciones, cualquier individuo que dijera experimentar estos fenómenos ya tenía una patita dentro de la hoguera.

Otras explicaciones no científicas atribuyen esta experiencia a una “profecía” o “visión” recibida a través de un sueño o atribuida a una experiencia sufrida en una vida pasada. Se dice que detrás de nosotros hay una continuidad de vidas, en diferentes épocas, en diferentes condiciones sociales, raciales y sexuales… Se dice también que vamos vida tras vida de la mano de la misma gente, que pueden ser nuestros parientes, parejas y amigos cercanos, que el vínculo jamás se corta. Quizás por lo mismo ocurre que a veces conocemos a alguien y sentimos que ya lo conocemos de toda la vida y hasta nos sorprendemos pensando las mismas cosas. ¿Será, entonces, que estamos viviendo siempre, reencarnando y muriendo, reencarnando y muriendo… arrastrando experiencias y también carencias en lo más hondo del alma, que en determinado momento salen a luz?

Será por esto que a algunas personas nos pasa que al llegar a este Cajón de las verdades ocultas, sentimos una familiaridad con el paisaje, una necesidad de quedarnos aquí, cobijados por estos cerros. Será que en otra vida ya vivimos aquí o en un lugar muy parecido... Y ahora me pregunto yo, con el Déjá Vu del El Volcán… ¿cuántas cazuelas me habré comido yo y no me acuerdo?