alguna
ocasión, pero ¿qué sabemos de su procedencia?
Para dilucidar sus orígenes y explicaciones recurrí
al libro “Dichos, frases y refranes con historia” del periodista
chileno Héctor Velis-Meza, quien posee una vasta trayectoria
en el estudio de estos temas. Esto fue lo que averigüé:
Dorar la píldora.
Significa suavizar una información, adornarla o arreglarla
convenientemente. Con esta expresión también
se busca halagar a una persona con el fin de alcanzar un beneficio.
Su origen nos lleva al siglo XVIII. En ese tiempo los boticarios
elaboraban unas píldoras laxantes bastante efectivas,
pero de dudosa presentación y con un desagradable sabor
amargo. Pues bien, para mejorar el aspecto y disimular el
mal gusto de las pastillas, los fabricantes, ingeniosamente,
comenzaron a dorarlas… ¡sí!, a cubrirlas con
un color dorado que les daba un aspecto más amable
a los ojos de la gente.
Vender
la pomada.
Quiere decir, convencer a alguien a participar en algún
proyecto inviable con el único propósito de
obtener un beneficio. La pomada: ungüento que se aplica
en la piel con fines nutritivos, curativos, etc. deriva del
vocablo francés pomme, que en italiano es pomo y en
nuestro español quiere decir “manzana”, justamente
porque con este fruto se fabricaban estas cremas, con el fin
de perfumar la no muy aromática grasa que constituía
su principal ingrediente. El origen de esta frase se remite
al tiempo en que comerciantes en carreta viajaban por los
pueblos vendiendo todo tipo de jarabes y pociones. Pero también
ofrecían a los incautos compradores pomadas que sólo
tenían el perfume, pero que no servían para
nada. Literalmente: les vendían la pomada.
Marca
chancho.
Esta frase se utiliza para referirse peyorativamente a productos
de origen y manufactura inciertos o de mala calidad. Su origen
se remonta al Chile de 1920, tiempo en que se popularizó
una cerveza cuyo nombre era Pig (chancho en castellano). Inspirados
en este curioso apelativo, en Valparaíso unos fabricantes
de cigarrillos baratos y de sospechosa calidad crearon una
variedad de tabaco al que llamaron cigarrillos Marca Chancho.
Estar
cabreado.
Significa estar fastidiado por alguna situación inconfortable.
Esta expresión nace en la España del siglo XV,
cuando por orden de la autoridad se obligó a los dueños
de cabras a pagar un impuesto adicional aduciendo que dichos
animales agotaban a tierra. Quienes debían cancelar
este impuesto recibieron el nombre de cabreados. La expresión
surgió entonces como consecuencia de la molestia que
ocasionaba este pago considerado abusivo, transformándose
en sinónimo de fastidio.
Patas
negras.
Corresponde al amante furtivo de la mujer casada, que programa
sus visitas sexuales cuando el marido no está en casa.
Una de las explicaciones a esta denominación sostiene
que este hombre al verse obligado a huir rápidamente
ante la amenaza de ser descubierto por el “cornudo”, muchas
veces no alcanza a vestirse, poniéndose sólo
los calcetines, generalmente obscuros. Y mientras escapa,
a la distancia sólo se percibe una figura masculina
con los pies negros escabulléndose a toda velocidad.
Peor
es mascar lauchas.
Con esta frase se quiere decir que las cosas no son tan malas,
que pudieron haber sido peores. Pero para entender bien su
significado hay que conocer la expresión original:
peor es mascar la hucha. La hucha es una palabra de origen
turco, que significa alcancía o monedero de cuero.
Cuando la hucha estaba vacía, la gente la mascaba para
engañar al estómago… algo es algo. Cuando quedaba
algún dinero para comer, no se tenía que mascar
la hucha… mejor que nada. Con el tiempo, las dos últimas
palabras de la frase se hicieron una sola, convirtiendo a
la hucha en «laucha».