:: PALABREANDO.
   TRANSANTIAGO, entre dichos y frases.
Por Vania Ríos Molina.

Hoy hablaremos acerca del origen de algunos dichos populares y refranes que utilizamos para expresarnos en la cotidianeidad. Todos recurrimos a estas frases y echando mano a nuestras propias experiencias, a la imaginación o al sentido común, buscamos fortalecer de manera sencilla la explicación de un hecho, reforzar una idea o ejemplificar alguna situación.

Y como el tema del Transantiago da para mucho, incluso para analizar sus implicancias desde el punto de vista del lenguaje, cierto día resolví indagar en las conversaciones, en las charlas improvisadas y en las quejas al por mayor que mujeres y hombres proferían mientras esperaban la micro.

Una indignada señora decía: -¿Qué sacaron con dorarnos tanto la píldora con la campaña de Zamorano si al final igual nos vendieron la pomá con el cuento de las micros nuevas? Más atrás, alguien reclamaba: -¡El servicio que nos están entregando no es de calidad, definitivamente es marca chancho! ¡Estamos cabreados con todo esto! Pero no todo eran críticas. Mientras mecía un escuálido cochecito azul para acallar el llanto de su hija, una mujer le contaba a su amiga que esto del Transantiago la había beneficiado: como su marido llegaba más tarde a casa, podía alargar un poco los apasionados encuentros que diariamente sostenía con su patas negras. -¡No es mucho lo que podemos hacer en una hora, pero… peor es mascar lauchas!- relataba con picardía.

¿Quién no ha oído alguna vez, al menos una de estas frases? Estoy segura de que todos las hemos utilizado en más de
alguna ocasión, pero ¿qué sabemos de su procedencia? Para dilucidar sus orígenes y explicaciones recurrí al libro “Dichos, frases y refranes con historia” del periodista chileno Héctor Velis-Meza, quien posee una vasta trayectoria en el estudio de estos temas. Esto fue lo que averigüé:

Dorar la píldora.
Significa suavizar una información, adornarla o arreglarla convenientemente. Con esta expresión también se busca halagar a una persona con el fin de alcanzar un beneficio. Su origen nos lleva al siglo XVIII. En ese tiempo los boticarios elaboraban unas píldoras laxantes bastante efectivas, pero de dudosa presentación y con un desagradable sabor amargo. Pues bien, para mejorar el aspecto y disimular el mal gusto de las pastillas, los fabricantes, ingeniosamente, comenzaron a dorarlas… ¡sí!, a cubrirlas con un color dorado que les daba un aspecto más amable a los ojos de la gente.

Vender la pomada.
Quiere decir, convencer a alguien a participar en algún proyecto inviable con el único propósito de obtener un beneficio. La pomada: ungüento que se aplica en la piel con fines nutritivos, curativos, etc. deriva del vocablo francés pomme, que en italiano es pomo y en nuestro español quiere decir “manzana”, justamente porque con este fruto se fabricaban estas cremas, con el fin de perfumar la no muy aromática grasa que constituía su principal ingrediente. El origen de esta frase se remite al tiempo en que comerciantes en carreta viajaban por los pueblos vendiendo todo tipo de jarabes y pociones. Pero también ofrecían a los incautos compradores pomadas que sólo tenían el perfume, pero que no servían para nada. Literalmente: les vendían la pomada.

Marca chancho.
Esta frase se utiliza para referirse peyorativamente a productos de origen y manufactura inciertos o de mala calidad. Su origen se remonta al Chile de 1920, tiempo en que se popularizó una cerveza cuyo nombre era Pig (chancho en castellano). Inspirados en este curioso apelativo, en Valparaíso unos fabricantes de cigarrillos baratos y de sospechosa calidad crearon una variedad de tabaco al que llamaron cigarrillos Marca Chancho.

Estar cabreado.
Significa estar fastidiado por alguna situación inconfortable. Esta expresión nace en la España del siglo XV, cuando por orden de la autoridad se obligó a los dueños de cabras a pagar un impuesto adicional aduciendo que dichos animales agotaban a tierra. Quienes debían cancelar este impuesto recibieron el nombre de cabreados. La expresión surgió entonces como consecuencia de la molestia que ocasionaba este pago considerado abusivo, transformándose en sinónimo de fastidio.

Patas negras.
Corresponde al amante furtivo de la mujer casada, que programa sus visitas sexuales cuando el marido no está en casa. Una de las explicaciones a esta denominación sostiene que este hombre al verse obligado a huir rápidamente ante la amenaza de ser descubierto por el “cornudo”, muchas veces no alcanza a vestirse, poniéndose sólo los calcetines, generalmente obscuros. Y mientras escapa, a la distancia sólo se percibe una figura masculina con los pies negros escabulléndose a toda velocidad.

Peor es mascar lauchas.
Con esta frase se quiere decir que las cosas no son tan malas, que pudieron haber sido peores. Pero para entender bien su significado hay que conocer la expresión original: peor es mascar la hucha. La hucha es una palabra de origen turco, que significa alcancía o monedero de cuero. Cuando la hucha estaba vacía, la gente la mascaba para engañar al estómago… algo es algo. Cuando quedaba algún dinero para comer, no se tenía que mascar la hucha… mejor que nada. Con el tiempo, las dos últimas palabras de la frase se hicieron una sola, convirtiendo a la hucha en «laucha».