Por:
Juan Carlos Edwards Vergara, Presidente Corporación
Cultural y Ecoturística de San José de Maipo.
Todos
sabemos de la necesidad de tener mayor energía
para el desarrollo del país. También de
que hay medios cada vez menos impactantes al ecosistema
para lograrlo: energía solar, eólica, de
las mareas, y también las centrales hidroeléctricas
de paso. En el caso del Proyecto Hidroeléctrico
de Pasada Alto Maipo, se nos dice que es una central de
paso. Sin embargo, el medio para llevar agua a las nuevas
y/o antiguas
|
|
|
centrales
de El Alfalfal y Las Lajas es un canal de aproximadamente 40
kilómetros que agrede brutalmente el ecosistema y la
hoya hidrográfica del Cajón del Maipo, en vez
de ser aguas que corren naturalmente, como debe ser una central
de paso ecológica. Las centrales de paso se deben hacer
en el mismo río del que toma las aguas, sin alterar su
curso ni su caudal, las cuales son devueltas unos kilómetros
más adelante. El desangrar las fuentes cordilleranas
del río Maipo, o sea, sus afluentes, para devolver esas
aguas 40 kilómetros más abajo, es un daño
que podemos fácilmente pronosticar. Es una verdadera
pesca de arrastre de aguas andinas que alterará
los manantiales, vertientes, arroyos y esteros que dan el agua
a los pastos y a las poblaciones del sector.
Pero aún
hay más. Los estudios sobre la sequía -la cual
avanza en el mundo a pasos agigantados según el informe
de sostenibilidad del sistema de las Naciones Unidas- indican
que las consecuencias por intervenciones en hoyas hidrográficas
traen inevitablemente la sequía al sector. Como ejemplo
está el Mar de Aral, en Rusia, que ha perdido el 80%
de sus aguas y su superficie en un 60%. Desde el espacio se
ven los ríos secos que antes corrían por los
desiertos nortinos de Chile, también el impacto que
proyectos similares causaron en África, la sequía
en Kazajastán, donde el río Sir Daria no abastece
ahora a la población de la zona, etcétera. Esto
es consecuencia de los cambios climáticos unidos a
la intervención humana, ya que las sequías se
precipitan con la intervención del hombre.
¿Y
qué pasaría si este proyecto del Alto Maipo
deja secas, en el futuro, las fuentes que dan agua a Santiago
por alterar la pluviometría? Las promesas de hoy día
de nada servirán, como está pasando con el gasoducto.
Algunos pocos están entusiasmados porque tendrían
trabajo por cinco años, pero lo que pasaría
después, creo que sería un daño de incalculables
consecuencias. Yo creo que los cajoninos y el resto de los
chilenos no deben vender la progenitura por un plato de lentejas.
Recomiendo
que rechacemos este proyecto. Esperamos que CONAMA y COREMA
cumplan su función eficientemente y que si hay que
generar más energía eléctrica usando
el caudal del Maipo y sus afluentes sea mediante centrales
de paso en cada río, devolviendo las aguas unos pocos
kilómetros más adelante, sin canales que alteren
severamente la hoya hidrográfica del Cajón y
su ecosistema y disminuyan fuertemente su caudal a lo largo
de 50 kilómetros. Esto también da trabajo. Y,
ya que Chile debe ser de todos los chilenos, las obras que
se ejecuten en su suelo deben ser en beneficio de nuestra
población. Cada día vemos cómo nuestras
aguas, nuestras cumbres, nuestros lagos, nuestros esteros,
nuestros minerales y nuestros servicios de utilidad pública
están en manos de unos pocos empresarios, nacionales
o extranjeros, a los que les interesan más sus beneficios
económicos que nuestro destino de chilenos.
San
José de Maipo, 21 de Julio de 2007.
|