:: HA LLEGADO CARTA.

UNA VERDAD INCÓMODA...

Estimados coterráneos:

Leyendo en la web la estupenda revista Dedal de Oro, cuyos artículos me traen gratos recuerdos de la bellísima región de mi niñez, me he encontrado con el artículo de Gastón Soublette sobre La verdad incómoda y Al Gore. El análisis del autor es excelente y plantea preguntas sobre las que efectivamente Al Gore no hace ningún alcance en sus conferencias y en su periplo por el mundo. Aunque el Sr. Soublette diga que utiliza un lenguaje «cauto» para referirse a la película, felizmente no lo es tanto cuando menciona sin tapujos en qué ambiente se mueve el empresario norteamericano. Tampoco lo es en su análisis del sistema, la ciencia, los gobernantes y la pérdida de valores culturales.

Sin querer menoscabar la actividad de Al Gore, quien mal que mal –y másaún siendo representante de un sistema político y económico a cuya cabeza no se puso sólo porque otro fue más listo que él- revela a la opinión pública mundial parte de la nefasta dimensión del cambio climático, creo que ya no basta sólo con escuchar llamadas al orden. Dicho sea de paso, según el informe de la ONU, el mayor causante de la catástrofe climática son las emisiones de gas metano, que procede de la crianza masiva de animales. Al Gore es ranchero americano como Dios manda... y cría reses por miles. ¡Chitón!

La dimensión de la catástrofe mundial que ya está viviendo el planeta parece que todavía no ha logrado hacer mella a la increíble robustez de la inconsciencia ciudadana. Claro, si los causantes juegan con éxito el papel aquel del incendiario que primero prende fuego a algo, luego llama a los bomberos e incluso después ayuda a apagarlo. Y por último, para qué preocuparse tanto si en el último tiempo un nuevo tipo de héroes, mejores que los hollywoodenses Stallone, Superman, Spiderman, Terminator y otros más juntos, anda a la caza de desgracias para salvar al mundo en una gran campaña contra la pobreza, el sida y el cambio climático, llámense Al Gore, Bill Clinton, Bill Gates, George Soros o Richard Branson, como escribe la revista alemana Der Spiegel en su última edición. Los nombrados vienen de un sistema que jamás dejará las riendas del control político y económico del mundo y por ello comprendo la cautela y la dosis de inseguridad del autor del artículo. Tal vez será porque el Sr.Soublette ha leído los análisis de científicos serios y no financiados por los poderosos del mundo, que dicen que la catástrofe es irreversible. Bueno, esto se lee de vez en cuando aquí en Europa, no sé si tales noticias llegan más allá del Atlántico.

Concuerdo finalmente con el autor en que el análisis espiritual del problema ambiental, y de muchos otros más, descubriría las raíces del mal. ¿Pero dónde están las declaraciones, soluciones y una posición clara de parte de las que se llaman autoridades éticas y morales de este mundo? ¿Quién podrá dar al fin una solución al problema? ¿Qué haceentretanto el hombre de a pie para resguardarse de tsunamis, terremotos,sequía, hambre, inundaciones, agujero del ozono, contaminación de los ncia, tecnología genética, guerras, etc.? Si el ámbito espiritual al que se refiere el Sr . Soublette es el religioso, decualquiera procedencia que sea: cristiano, mahometano, judío, etc., temo que no tenga otra alternativa que al final usar también un lenguaje cauto, aunque no inseguro, ya que los ejemplos que estas ideologías nos han dado en el curso de la historia, y nos siguen dando, no presagia nada bueno.

Tal vez, y para no desesperarse con afanes suicidas ante tal desintegración del mundo, uno podría empezar practicando la sencilla regla esa que ya pregonaron desesperadamente hace miles de años Zaratustra, Edana-Varga, Samyutta Nikaya, Confucio, Sutrakritanga, el Talmud y otros, y que el gran hombre de Nazaret resumió genialmente diciendo: «Lo que no quieres que te hagan a ti, no se lo hagas tampoco tú a nadie», o visto desde la otra perspectiva: «Lo que quieras que otros te hagan a ti, hazlo primero tú a ellos.» De ello no hablan los grandes de este mundo, tal vez porque es demasiado sencillo, o porque sí ésta es una verdad incómoda.

Un cordial saludo desde Baviera.

Egidio Moreno24.07.07