De todas
maneras, no fue ese el caso de El Volcán en los tiempos
de la Compañía Minera Merceditas (CMMe), que
explotó las minas del lugar desde el año 1933
hasta 1976. Si bien el desarrollo de dicha compañía
fue satisfactorio hasta el año 1939, las consecuencias
de la Segunda Guerra Mundial para la explotación minera
en nuestro país fueron nefastas. Por ello, mediante
un préstamo se abrió un nuevo socavón,
pero dicha producción no fue suficiente para evitar
la paralización de la compañía Minera
Merceditas en 1945. Si bien la actividad minera después
de estas fechas se reactivó, el terremoto de 1958 y
la dictadura militar ocurrida en nuestro país en 1973
generaron el cierre definitivo de la compañía
y la casi d e s a p a r i c i ó n d e l p o b l a d
o , convirtiéndolo en un caserío con escasas
ofertas laborales y una baja calidad de vida por parte de
sus habitantes.
No obstante,
esta situación era completamente distinta a la de antaño,
pues en aquel período de esplendor la actividad minera
era realizada gracias al trabajo de varias centenas de hombres,
los que no sólo trabajaban en la extracción
si no que se desempeñaban también en la planta
donde se faenaba el material. Estos hombres, solos o junto
a sus familias, que llegaron al poblado en su mayoría
sin dinero o techo bajo el cual dormir, provenían en
gran parte de la zona de San José de Maipo, aunque
muchos otros provenían del norte o sur del país.
Si bien algunos tenían tradición y conocimiento
minero, otros venían a probar suerte. No obstante a
su experiencia, los pobladores de El Volcán nos hablan
de un promedio de 800 a 1000 trabajadores que se asentaron
en este lugar en el período de la Compañía
Minera Merceditas, y que trabajaban distribuidos más
menos en partes iguales entre la operación de la planta
y la extracción del mineral. En 1949 Mauricio Folchi
escribe: "Las minas funcionaban en dos turnos, de lunes
a sábado de 7 a 23 horas, mientras que la planta de
concentración laboraba de lunes a domingo las 24 horas
del día, durante todo el año. Diariamente bajaba
un tren cargado con sacos de concentrado de cobre hacia el
puerto de San Antonio." (Folchi, Pág. 24)
Por la
cantidad de personas que trabajaron en este período
y por los adelantos tecnológicos alcanzados en el área
económica y social, los actuales pobladores de la localidad
recuerdan con mucha nostalgia los tiempos en que la CMMe desarrolló
su actividad productiva en la zona, pues es en este momento
cuando el poblado ya constituido ofrecía una buena
calidad de vida para sus habitantes. Por ejemplo, con el fin
de obtener mayor productividad, se lograron varios adelantos
tecnológicos, que junto a las buenas ganancias obtenidas,
permitieron la constitución de un poblado que ofreciera
a sus habitantes una buena calidad de vida. De estos adelantos
tecnológicos podemos destacar el término de
la construcción, en 1914, del ferrocarril Militar Puente
Alto - El Volcán, que comenzó a cimentarse en
el año 1904. Si bien dicho ferrocarril se construyó
con el fin de mejorar la productividad minera, es necesario
reconocer que aportó enormemente al desarrollo económico
y social no sólo del poblado sino de todo el Cajón
del Maipo, convirtiéndose en el medio de transporte
utilizado por los pobladores de El Volcán y otras localidades
y los numerosos turistas que visitaban la zona, aumentando
el desarrollo de la actividad turística y social en
el poblado: "El ferrocarril llegaba hasta aquí.
El día sábado, día festivo, día
domingo era negocio acá hasta que se iba el automotor
a las seis de la tarde, cualquier gente. Si el negocio y la
estación estaban ahí, así que cruzaban
para acá no más, toda la gente llegaba a almorzar,
a cualquier cosa. No teníamos tiempo. Teníamos
pensión. Llegaba más gente los fines de semana.
Era la tradición de la gente subir en ese tren automotor."
(Sra. Adriana. "Yo soy Adriana". Carolina González.)
Como la
última estación del ferrocarril se encontraba
en El Volcán, había toda una construcción
destinada a su limpieza y mantenimiento, como boletería,
lugar donde se limpiaba y arreglaba, un silo donde se guardaba
la carga y una casa donde dormían los militares encargados
del tren. En el presente sólo quedan las bases del
suelo de donde se limpiaba el tren y el silo donde se guardaba
el material.
No sólo
el ferrocarril fue el único adelanto tecnológico
que mejoró las ganancias obtenidas en esta producción
minera a través del abaratamiento de los costos de
traslado. Igualmente en este período "se construyó
una planta de beneficio propia, con capacidad para tratar
50 toneladas diarias y que constituía una de las mejores
del país en su categoría
" (Mauricio
Folchi, pág. 26)
Paralelamente,
es en este período cuando El Volcán comienza
a transformarse en poblado, pues "se construyó
un campamento y cocina para los obreros y casas para los ingenieros,
se instaló agua potable y levantó una cantina,
una pulpería y un garaje
.Se construyeron vías
para camiones hacia las minas y un andarivel que sustituyó
definitivamente el uso de mulas para el traslado de minerales.
Consecuentemente, se obtuvieron las mejores utilidades en
toda la historia de El Volcán
se mejoraron las
habitaciones de los obreros
En 1953 los obreros recibieron
aumentos remuneracionales, junto a diversas regalías
"
(Mauricio Folchi, pág. 25)
Pese a
todos estos adelantos tecnológicos, hubo dos grandes
problemáticas que nunca se pudieron dejar atrás:
los cotidianos accidentes laborales y la silicosis. En relación
a los accidentes laborales, podemos mencionar que ellos se
producían por los derrumbes o explosiones. Y si bien
el trabajo con explosivos requería de una persona que
tuviera no sólo un conocimiento teórico sino
también práctico, ello no evitaba dicha situación.
Para el caso de El Volcán, podemos reconocer como tal
a Don Juan Borque, minero experto en explosivos y caracterizado
igualmente por su "desprecio a la muerte", convirtiéndolo
en un minero muy respetado. A pesar de la diversidad de trabajos
realizados por los mineros, lo común entre ellos no
era sólo el "desprecio a la muerte", como
ellos mismos reconocen, sino también el destino obligado
de dichos trabajadores: la silicosis, enfermedad que, como
mencionan los mineros, se debe a:
"El
silicio es el que entra en los pulmones. La perforadora es
un máquina que tiene una roca con una punta de diamante
que va golpeando y dando vuelta a la vez. Cuando una persona
perfora la roca respira el polvo, y esto es lo que hace que
se quede en los pulmones. Ahora a la maquina se le introduce
una manguera con agua que bota el polvo, pero como barro.
Esto ya no produce la acumulación de silicio. La silicosis
no tiene remedio, pero si hay tratamientos para controlarla
Todos los que tienen silicosis eran hombres grandes, fuertes,
pero hoy los que no han muerto están flacos, están
mal... Casi todos los viejos que trabajaron aquí se
enfermaron". DdO