Hoy, quince años después, Diego es arquitecto
y su proyecto de título fue una moderna proposición
de desarrollo para el cementerio de San José
de Maipo, que conserva la tradición y rituales
propios de los habitantes del Cajón.
Magíster del Instituto Politécnico de Milán,
trabaja ahora profesionalmente en la ciudad italiana de
Pádova. Armando, su abuelo, cumplió ya ochenta
años y sigue viviendo feliz en el Cajón
del Maipo, participando activamente en la recuperación
del ex tren cajonino.