Un día de agosto Carita de León comenzó
a botar sangre por su hocico y fue llevado de urgencia a la
Clínica San Cristóbal por su dueño Carlitos
y vecinos del sector. El diagnóstico fue categórico:
al perro le habían dado alimento envenenado y había
que dormirlo a la brevedad. Fue así como se selló
el destino del animal. No tardó en salir a la luz el
rumor de que había sido personal del supermercado el
responsable de la muerte de la mascota del joven Carlitos.
Era un secreto a voces y las personas comenzaban a notar la
falta del animal y a reclamar en el mismo establecimiento.
Cuatro sábados seguidos se realizaron velatones, se
juntaron firmas, se pusieron reclamos en distintos medios.
Finalmente, el día 12 de septiembre, se entregó
una carta a la administración del supermercado solicitando
una respuesta. El supermercado se comprometió a averiguar
si la muerte de Carita de León era responsabilidad
de algún trabajador del establecimiento. Apelando al
slogan que reza
el Supermercado te conoce.
¿Conocerá realmente a sus clientes como para
no darse cuenta que con actos de esta naturaleza lo único
que se logra es una imagen lejana y autoritaria, que atenta
con el aura amigable que quiere demostrar este establecimiento?
¿Que habría pasado si al momento de darle el
alimento con veneno al viejito Carita de León, también
lo hubieran consumido los perros de los clientes que quedan
amarrados en la entrada mientras realizan sus compras al interior
del local? Son varias las interroga ntes que quedan sin respuesta.
Pero queda una sensación de impotencia entre los vecinos
del sector. Todos nos preguntamos hasta dónde llega
el poder de las empresas y del dinero, y hasta dónde
afecta nuestras vidas.
Vecinos y animalistas se están organizando para erguir
una animita en recuerdo del animal y así evitar que
el caso sea olvidado y demostrar que los clientes no somos
sólo entes que van tras lo más barato. Que no
se nos subestime. Detrás de cada cliente hay una historia
y no basta con tener alimento de mascotas en los pasillos
principales del local.
Ya no hay leoncito en Diagonal Paraguay con Curicó,
pero si muchas interrogantes y... un sabor muy amargo.
(Email: caritadeleon@gmail.com)