Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 45 - Año VII, Ocubre y Noviembre 2008

HA LLEGADO CARTA
SABIA INDIA BOLIVIANA

Mi hermano llegó hoy de Bolivia, donde escaló y paseo por los alrededores de La Paz. La reunión familiar de la tarde giró en torno al interesante relato de su viaje, incluyendo apasionados relatos de montaña y caminatas por la capital boliviana, vorágine de vida urbana y movimiento.

Discutiendo sobre el subdesarrollo que se puede apreciar en aquella ciudad, un familiar contó, para ejemplificar esta negativa característica, la siguiente anécdota con un dejo de compasión en su relato: una amiga de él había visitado La Paz en calidad de turista, y se había maravillado en una esquina con el pequeño puesto de una indígena, que vendía hermosas bufandas de llamativos colores. Ante la sorpresa que le causó el bajo precio que ella cobraba por las bufandas, le ofreció comprar todas las que le quedaban (unas 10), ante lo cual la mujer se negó: «no quiero venderlas todas de una vez. Pues, ¿qué hago el resto del día sino es seguir vendiendo mis bufandas?».

Para algunos esta situación demuestra subdesarrollo, incultura e incluso limitación intelectual. Desde mi punto de vista, es una maravillosa historia de sencillez, simpleza material y honestidad. ¡Cuanto mejor sería nuestro mundo si todos pensáramos como la vendedora de bufandas! Cuanto mejor sería todo si los occidentales, aquellos que nos sentimos desarrollados y superiores pero somos culpables de la crisis ambiental y espiritual que vivimos, pudiéramos desligar nuestras vidas y nuestro trabajo de la estúpida lógica comercial, de la lógica de la maximización de la utilidad económica (equivalente al acto de vender todas las bufandas de una vez). Porque en la sociedad occidental, en este «desarrollo» en el que estamos insertos, todo es y debe ser por dinero, y quien no lo procure es un imbécil, cómo la indígena de las bufandas. ¿No puede un ser humano, alejándose de las asquerosas ambiciones materiales, buscar otro objetivo en su trabajo, que no sea ganar más dinero?

La vendedora de bufandas, desde el punto de vista de muchos un ser inferior, es a mi juicio el ser superior de la historia. ¿No es, al fin de cuentas, superior el hombre que está por sobre las ambiciones del poder y el dinero, queriendo simplemente seguir con su sencillez y las tradiciones ancestrales de las cuales han sido parte sus familiares y antepasados por cientos de años? Por favor, entiéndanme entonces que quede con la duda: ¿Quiénes son los desarrollados? ¿Nosotros o ellos?

KRIST NARANJO.