Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 47 - Año VII, Febrero y Marzo 2009
CAJON DE VERDADES OCULTAS: PATRIMONIO CAJONINO
MARISOL LARENAS NAVARRETE

Dicen que a mediados del siglo XIX el paisaje era más verde, los cerros estaban más cerca y hasta el río Maipo corría de una forma más pausada, como era la vida en esa época. El Manzano no era más que doce casas de inquilinos, más la aduana y el “Oratorio de El Manzano”. Ése era el nombre que distinguía a la Capilla de El Manzano. Típica capilla de fundo. No había párroco con dedicación exclusiva. Asistían diferentes sacerdotes misioneros según la fecha.

Ya en el siglo XX, en la década de los 70, a la pequeña parroquia de adobe le esperaba un cambio con la llegada de la Reforma Agraria. El
 
fundo El Manzano fue subdividido y la iglesia y construcciones aledañas pasaron a ser bien común de las doce familias favorecidas por la Corporación de Reforma Agraria -CORA-. Los dueños del fundo, con su partida, se llevaron la gran mayoría de los ornamentos religiosos: imágenes, vía crucis, bancos; y lo que no se llevaron fue desapareciendo poco a poco.

Años más tarde, a raíz de la cada vez mayor necesidad religiosa de las personas, cansados de tener que viajar a la iglesia de San José, comenzaron misiones a cargo del párroco José Agustín Pineda. Como no existía el lugar físico para acoger a los seminaristas, la familia Molina Sexton, que vivía en la aduana, ubicada frente a la capilla, en un admirable acto de entrega y compromiso con la comunidad, prestó una sala para celebrar el Mes de María, congregándose la gente alrededor de la imagen de la Virgen. A raíz de una necesidad cada vez más creciente, la comunidad de El Manzano, alma misma de la capilla actualmente, se unió para habilitar la pequeña iglesia con la ayuda del párroco José Agustín Pineda. Unieron fuerzas y se dieron a la labor de limpiar y refaccionar la construcción, que se encontraba en pésimas condiciones producto de la mala utilización por parte de algunas personas. Pintaron las murallas con cal y sacaron carretillas de guano y pasto. En la tarea, encontraron un baúl abandonado con algunos ornamentos sacerdotales. Refaccionaron el altar mayor y el confesionario, trabajando juntos. Fue esta unión la que los ayudó a formar la comunidad, paso a paso, con mucho esfuerzo y sacrificio. Lograron conseguir que la Alcaldía los ayudara a restaurar el piso, que antiguamente era entablado pero que había sido destruido por el mal uso. Se cambió a ladrillo chonchón sin pulir.

Por tratarse de un bien común, no perteneciente al Arzobispado, no tenían ayuda de la Iglesia. El primer gran tesoro que fue donado fueron cinco banquitas y una imagen de la Virgen María. Junto al seminarista Orlando Torres emprendieron un camino de fe acompañados por la catequista Luz Farías. Comenzaron a preparar a los niños para la Primera Comunión intentando unir a las personas del pueblo, pero para unirlas primero había que llamarlas… ¿Cómo? A través de una campana. Las campanas originales habían desaparecido en los años negros de la capilla y la torre estaba sellada.

¡Vamos haciendo beneficios! Compraron la primera campana y se hizo un campanario provisorio. No tenía luz eléctrica, eran los tiempos de la Madre Josefina de las Escolapias de San José de Maipo. Lograron un medidor de Chilectra. Otro gran avance.

El 3 de julio de 1996 fue declarada Monumento Nacional, lo que impide hacer transformaciones en su estructura. En la actualidad sigue siendo el centro social del pueblo. Desde la capilla comienza la procesión de Cuasimodo. Todos los años se hacen canastas familiares, funciona la comunidad de adulto mayor. El Rotary Club ha celebrado Navidades y repartido regalos a los niños del pueblo. La Capilla de El Manzano tiene las puertas abiertas a la comunidad, tanto a gente de la zona como a las personas de las parcelas de agrado y turistas.

Una capilla no es una estructura de ladrillos, hormigón o adobe, sino un conjunto de gente trabajando por un mismo objetivo. Personas colaborando con un mismo fin. La Capilla de El Manzano es hermosa, es Monumento Nacional, es acogedora y es un atractivo turístico... pero su mayor valor no es ése… sino su gente, su comunidad... DdO

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