Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 47 - Año VII, Febrero y Marzo 2009
ACTO DE AMOR
EL 28 DE ENERO DE 2006, EN SAN JOSÉ DE MAIPO, FIDEL SEPÚLVEDA LLANOS OFICIÓ LA CEREMONIA DEL MATRIMONIO DE SU HIJA JAVIERA SEPÚLVEDA MANTEROLA CON PABLO MERINO LEFENDA. ESTA FIESTA RITUAL, ENTRE LOS CERROS Y EL RÍO, SELLÓ EL COMPROMISO JUNTO A LAS FAMILIAS Y LOS AMIGOS DE AMBOS. EL ESPACIO TRANSFIGURADO POR LA TRASCENDENCIA DE ESTA CELEBRACIÓN CONVOCÓ A LO HUMANO Y LO DIVINO, AL CIELO Y LA TIERRA. LAS PALABRAS DE FIDEL FUERON LAS SIGUIENTES:

Cajón del Maipo, Madre tierra, como nave, como cuna, como manos, como cuenco, esta tarde nos acoges, nos trasminas con tu energía, con tu fuerza, con tu majestad.

Madre tierra, tierna y tremenda, en la geología de tus tesoros minerales, en tu pertinacia creadora de vida y belleza, te invocamos.

Padre sol, padre fuego, inmenso y minucioso, que esta tarde nos alumbras, nos enciendes, nos combustionas y no nos consumes sino que nos perpetuas.

Padre fuego, llama viva que mantienes la vida en el cosmos, en el hogar, en el alma, te invocamos.

Hermana agua, la de este río Maipo, que nos envuelves en tu polifonía perenne, que cambiando permaneces, que buscas la raíz, la semilla y la inmensidad del mar.

Hermana agua, fluencia que abre cauces, que purifica, que desciende y asciende y florece aroma y frutos, te invocamos.

Hermano aire, que pueblas los alvéolos de mis pulmones y el firmamento, que nos asistes, nos conciertas y nos levitas, que nos mantienes en la vida.

Hermano aire, omnipresente en nuestro planeta, en nuestro cuerpo y en nuestra alma, esta tarde te invocamos.

 


Tierra, fuego, agua, aire, los cuatro elementos nos asistan, nos vivifiquen, esta tarde de gloria para Pablo y Javiera.

Parte somos de un programa de amor que mueve a la tierra, al sol, a las estrellas.

A la epifanía, a la hierofanía de este prodigio que los alumbra, los consuma y nos los consume, nos han invitado Pablo y Javiera.

Javiera y Pablo, aquí estamos tocados por este prodigio el más maravillante de todo el universo.

Por el amor han sido unidos ustedes, Pablo y Javiera, Javiera y Pablo, y convocados por el amor hemos concurrido nosotros a acompañarlos.

El amor nos salva. Salva nuestra vida de la muerte. Es lo único que nos mantiene vivos en la vida.

Bienaventurados ustedes, Pablo y Javiera, por estar poseídos por esta llama viva que da vida, la única vida que vale la pena vivir. Todo lo demás es vanidad.

El planeta se mantiene vivo por ustedes, por jóvenes como ustedes que, rompiendo el círculo letal del egoísmo, se han abierto a la maravilla del otro, han querido ser en el otro, que el otro sea presencia maravillante en cada uno de ustedes.

Hoy la maravilla de Javiera maravilla a Pablo. Hoy la maravilla de Pablo maravilla a Javiera. Hoy ustedes están en la verdad. Hoy ustedes están en la verdad, la única que salva. Todo lo demás es error y tinieblas y vanidad.

Hoy estamos aquí y agradecidos, por este don inmerecido que nos han regalado. Gestos como estos son los que mantienen la vida y el sentido en el planeta, rituales como estos encienden una luz en las penumbras de nuestra rutina donde las brasas se han ido poco a poco cubriendo de cenizas.

Gestos audaces, lúdicos, creadores como estos nos salvan, nos devuelven la fe en la estirpe humana. Todo lo demás es vanidad.

Hoy, la presencia del amor de Pablo y Javiera ha convocado nuestra presencia aquí. Y estamos presentes con nuestro cuerpo y con nuestra alma y nuestra presencia acrece la presencia en Javiera y Pablo.

Pero junto a esta presencia visible de nuestra compañía esta tarde hay otra presencia más poderosa. Esta tarde aquí yo siento, sentimos, los padres, parientes y amigos, la presencia de los ancestros. El pasado hoy está presente en esta boda de Pablo y Javiera. Los abuelos y los abuelos de los abuelos están aquí y su presencia es luz, es calor, es vida más allá de la muerte.

Aquí están los ancestros de los Merino de Santiago, los Lefenda de los abuelos y bisabuelos de La Serena, de Temuco y Valdivia, aquí la constelación de los Sepúlveda de San José de Cobquecura y aquí la estirpe de los Manterola de Valparaíso.

A través del tiempo la vida buscó y cavó los cauces para llegar aquí, a esta alianza de vida de Javiera y Pablo. Y por esto esta tarde están aquí los ancestros de Pablo y Javiera.

Pero esta tarde también, ya están, ya se sienten los balbuceos, los gorjeos, los gritos niños de muchos retoños, de muchos renovales, que tienen la energía, la generatividad, la alegría y el entusiasmo desbordado de Pablo y Javiera.

Hoy, pasado y futuro son presente, presencia que nos alumbra, nos enciende, nos trasciende.

Pablo y Javiera, Javiera y Pablo. Unan sus manos y digan conmigo:

Pablo esposo de Javiera, dígale a Javiera: Javiera, te amo.

Javiera esposa de Pablo, dígale a Pablo: Pablo, te amo.

Ahora, unamos todos nuestras manos. Tengamos un minuto de encuentro con nosotros y roguemos a Dios creador de la vida, para que el amor de Pablo y Javiera sea una llama de vida que dure más allá de la muerte.

Alabada sea la vida.
Alabado sea el amor.
Alabada sea la alianza
de la vida y el amor.
Benditos sean los novios
y su prodigiosa unión.
Dios los cuide y los ampare,
les dé ternura y valor
en el gozo y en la pena,
en la semilla y la flor.

Vivan todos los presentes.
Presentes nos tenga Dios.
Nos dé salud y alegría,
nos dé concordia y amor.
Benditos sean los novios
y el amor que los unió
por los siglos de los siglos
nos alumbren con su unión.

 

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