Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 49 - Año VII, Invierno 2009
PREAMBULO
217

Luego se celebra el aniversario Nº 217 de la fundación de San José de Maipo, que aconteció hace más de dos siglos, el 16 de julio de 1792. Era pleno invierno, los caminos eran de barro, todo estaba húmedo. Hace 217 años aquí había muy poco. No había, por ejemplo, ni alcantarillado ni veredas (hoy también faltan, pero ese es otro cuento). Imaginamos las inundaciones de las calles, el frío por doquier, el río gigantesco, la gente viviendo en condiciones precarias. Pero ha habido progreso, ha aumentado la población y con ella el número de viviendas, se han pavimentado

 

calles... Tenemos una hermosísima Plaza de Armas y hay veredas en los puntos principales (aunque si llueve un poco algunas se inundan, pero ese es otro cuento. Una anécdota: durante la primera lluvia de este año, una pareja de turistas quería entrar a comer a un restaurant y no pudo porque la vereda ante la puerta del local estaba con diez centímetros de agua. Dato: esto pasa desde el día que se hizo la vereda. Pero esto es otro cuento...)

¿Habría luz eléctrica en la Villa de San José de Maipo en el momento que Ambrosio O’Higgins dictaba el decreto de fundación? ¿Cuándo se puso electricidad en nuestro pueblo? Hoy gozamos de electricidad y de todas las ventajas y comodidades que ella aporta. ¿Qué no es eléctrico ahora en la casa? Tenemos radio, lavadora, refrigerador, tele, computador, teléfono inalámbrico, hasta algún reloj eléctrico quizás... La electricidad es, de todos modos, un excelente invento, y aquí en San José, ¡cuánto nos sirve! (aunque la luz suele cortarse cuando llueve. A decir verdad, a menudo también se corta cuando no llueve. Como sea, uno se queda sin recursos caseros, todo deja de funcionar, incluso el computador, que suele ser un instrumento de trabajo, pero ese es otro cuento).

Otro milagro de la modernidad es el agua potable por cañerías. Vaya uno a saber si Ambrosio O’Higgins se lavó las manos directamente de una llave, aunque lo más probable es que no. ¿O sí? Lo que es un hecho es que hoy gozamos de esa comodidad en este nuestro querido San José. Agua de la buena, que sirve para beberla directamente de la llave, para ducharse... Todos sabemos que sin ella la vida se hace imposible. Gozamos de ese vital elemento en nuestro humilde pueblo (aunque a veces la presión es tan baja durante la noche que si uno quiere ducharse o no te prende el calefon o te quemas vivo. Pero ese es otro cuento).

Por otra parte, queremos desearles un feliz viaje a Suiza a los favorecidos. Para que el viaje no sea un beneficio sólo para ellos sino también para la comunidad que representan (?), lo siguiente: en Suiza llueve mucho y nadie se moja. Quizás puedan averiguar cómo se hacen desagües de verdad y traernos algo positivo (siempre que se construyan). Todos estaremos, entonces, encantados de aquel viaje. Esto sí que es nuestro cuento... DdO   

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