Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 50 - Año VIII, Primavera 2009
CINE
ENTRE EL 25 Y EL 31 DE AGOSTO DE ESTE AÑO SE REALIZÓ LA 13° VERSIÓN DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE VALPARAÍSO, EVENTO PATRIMONIAL Y ARCHIVÍSTICO DEDICADO A LA EXHIBICIÓN DE PIEZAS RESTAURADAS DE COLECCIÓN. AGRADECEMOS EXPRESAMENTE A MARTÍN MELLADO POR SU ENTUSIASMO EN VINCULARNOS A LAS PÁGINAS DE DEDAL DE ORO, REVISTA QUE CONSIDERAMOS EN ABSOLUTA SINTONÍA CON LOS OBJETIVOS DE CAUTELAR LA MEMORIA HISTÓRICA Y EL PATRIMONIO CULTURAL.
ALFREDO BARRÍA TRONCOSO

Este año, el Festival Internacional de Cine de Valparaíso se despidió de su tradicional fecha de realización, la última semana de agosto. A partir del 2010, el Festival se inaugurará el 27 de octubre, Día del Patrimonio Audiovisual de los Pueblos establecido por la UNESCO. Esto coincidirá también con la realización del Forum Universal de las Culturas que partirá en octubre y tendrá a Valparaíso como sede oficial. Es el año, además, del Bicentenario y también de la inauguración del Edificio Luis Cousiño, proyecto de restauración arquitectónica ubicada en el corazón cívico de la ciudad. En este recinto el Festival tendrá oficina y podrá ocupar una sala de exhibiciones para 270 espectadores. El proyecto, diseñado y financiado por el Duoc UC de Valparaíso- Viña del Mar, contempla además una cinemateca regional, una mediateca y un laboratorio de restauración audiovisual digital. Son noticias tremendamente alentadoras para Valparaíso.

Si bien los contenidos del Festival tienen que ver con el tiempo histórico del cine, particularmente con la etapa primitiva, la gestión del Festival de Cine de Valparaíso siempre se ha abierto al cambio y a la innovación. Justamente esta incertidumbre en todo lo que significa la concreción de un proyecto financieramente sustentable, nos ha obligado a transitar por el filo de la navaja. El Festival ha asumido desde sus inicios el carácter efímero y transitorio que tiene la elaboración y diseño de un proyecto cultural. Es una paradoja, pero hemos prevalecido en el tiempo porque siempre hemos tenido la plena conciencia de movernos en una caminata al borde del abismo. Nunca pretendimos alterar la naturaleza de las cosas, convirtiendo la impermanencia en permanencia. Justamente nuestra habitual cercanía con las piezas del pasado cinematográfico nos ha enseñado que la lucha contra el olvido, el deterioro y la extinción de la memoria es una conmovedora empresa que apenas permite triunfos parciales y fragmentarios. Pensar lo contrario, sería alterar el fenómeno mismo de la vida humana.

En el artículo que escribimos para el número de invierno de Dedal de Oro, mencionamos el impresionante cambio del paisaje multimedial del nuevo siglo, lo que ahora se acaba de ratificar con la llegada a nuestro país de la televisión digital. A mediados de septiembre, el gobierno de Chile informó acerca de la opción por la norma japonesa, que pone la plataforma de lanzamiento al nuevo mundo audiovisual. La simultaneidad de mensajes audiovisuales que se deslizarán por las redes de computadores, televisores y celulares, marca el inicio de una nueva era para las imágenes en movimiento. En algunos años más, el Festival de Cine de Valparaíso podría llegar a trabajar con una lengua muerta.

 

LA DOCUMENTALISTA, REALIZADORA E INVESTIGADORA ADRIANA ZUANIC DONOSO (1963- 2008), A CUYA MEMORIA FUE DEDICADA LA VERSIÓN 2009 DEL FESTIVAL DE CINE DE VALPARAÍSO.

EL ACTOR Y DIRECTOR CHILENO PEDRO SIENNA INTERPRETANDO A MANUEL RODRÍGUEZ EN «EL HÚSAR DE LA MUERTE» (1925) UN CLÁSICO DEL CINE PRIMITIVO NACIONAL.

ESCENA DE «YO PERDÍ MI CORAZÓN EN LIMA» (1933), UNA DE LAS POCAS IMÁGENES RESCATADAS DE LA FILMOGRAFÍA DEL PIONERO CHILENO ALBERTO SANTANA.
La principal innovación del Festival 2009 es que por primera vez tuvo un contenido programático cien por ciento patrimonial y archivístico. El Premio Santiaguillo, estatuilla que simboliza la llegada de los españoles a las costas de Valparaíso, fue entregado a la Cinemateca Nacional del Ecuador en la persona de su subdirectora, Wilma Granda Noboa, como reconocimiento a una labor especializada de más de treinta años.

La misma invitada ecuatoriana participó en el Observatorio del Cine Chileno, módulo académico del Festival que este año estuvo dedicado al rescate de la figura del desconocido pionero chileno Alberto Santana, quien en Chile y en varios países del continente intentó levantar una industria cinematográfica. También participaron como conferencistas, Norma Rivera, directora de la Filmoteca de la Pontificia Universidad Católica de Lima, Perú; la investigadora chilena Eliana Jara y el documentalista y realizador Hans Mulchi.

Uno de los estrenos más importantes fue la versión restaurada de A Valparaíso (1963), de Joris Ivens, copia aportada por la Cineteca de la Universidad de Chile y que fue editada por la Fundación Joris Ivens de Holanda. La exhibición realizada en el Salón de Actos de Museo Naval y Marítimo de Valparaíso permitió apreciar la vigencia de un clásico del documental chileno y latinoamericano, en lo que fue un recorrido por los vericuetos topográficos de una ciudad sorprendentemente cinemática. Otro aporte de la Cineteca de la Universidad de Chile fue la versión remasterizada de “El húsar de la muerte” (1925), con la musicalización hecha en 1964 por el compositor Sergio Ortega.

Por su parte, la Cineteca Nacional de Chile aportó la Colección del Archivo Chileno: Raúl Ruiz, y dos copias nuevas en formato digital de “El chacal de Nahueltoro” (1969) de Miguel Littin y “Valparaíso, mi amor” (1969) de Aldo Francia, que nos permitieron celebrar los 40 años de ambos clásicos del cine chileno. A su vez la versión remasterizada de El último grumete (1982) de Jorge López Sotomayor reactualizó el trabajo de un realizador nacional que hizo su película en una década en que la cartelera chilena festejaba como acontecimiento el estreno de una película chilena al año.

La franja tradicional del Festival, Joyas de Archivo Fílmico, incluyó este año obras mudas editadas por el Filmmuseum de München, Alemania, cuyo director, Stefan Droessler, está trabajando fuertemente en incrementar una colección de piezas mudas restauradas en formato digital. Gran parte de este material pudo ser exhibido gracias a la gestión del Goethe Institut de Santiago de Chile, organismo cuya central internacional participó también en la coproducción del proyecto de rescate de estas obras primitivas. Los trabajos experimentales “Berlín, sinfonía de una gran ciudad” y “Melodía del mundo” de Walter Ruttman se unieron a “Éxtasis” de Gustav Machaty, protagonizada por la legendaria actriz Hedy Lamarr. Un mediometraje y tres cortos del director norteamericano Frank Borzage, también pertenecientes a la colección del Filmmuseum de München, permitieron agregar una musicalización en vivo a cargo de los músicos Günther A. Ruttmann y Gastón Soublette, como parte de la nueva franja del Festival titulada El cine más grande de la vida. También aquí participó la Orquesta Estudiantil de la Universidad Técnica Federico Santa María y los jazzistas Ramiro Molina y Daniel Navarrete.

Otra sección debutante fue Recobrados, Restaurados, con el rescate de películas que marcaron una época y que fueron objeto de diversos montajes y reconstrucciones. Es el caso de “Sierra de Teruel” de André Malraux y “Raza” de José Sáenz de Heredia, proyecto que tuvo un guión escrito por el dictador Francisco Franco. La retrospectiva autoral de catorce títulos dedicados al impulsor del Nuevo Cine Alemán Alexander Kluge y un Ciclo de Cuentos y Fábulas de Lotte Reiniger cerraron el programa 2009, que fue financiado por una asignación directa del Consejo del Arte y la Industria Audiovisual junto al apoyo del Gobierno Regional y los municipios de Valparaíso y Viña del Mar. El Festival abre ahora la ventana del Bicentenario. DdO

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