Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 50 - Año VIII, Primavera 2009
PALABREANDO
PICADO DE LA ARAÑA
VANIA RÍOS MOLINA

Revisando las noticias hace unos días, encontré un artículo que me dejó con los pelos de punta: una mujer compró una bolsa de plátanos en el supermercado y al meter su mano para sacar uno, sintió el aterciopelado roce de algo que se movía. Al mirar al interior de su compra, la pobre casi se desmaya de la impresión: camuflada entre las bananas -si es que un bicho de ese tamaño puede camuflar se aparecieron primero las patas y luego el cuerpo de una enorme y peluda tarántula. ¡Horror! Pasada mi solidaria estupefacción, se me vinieron a la mente dos cosas. En alguna parte había leído sobre cómo el nombre de este «simpático» arácnido sirvió para bautizar un conocido baile italiano, la tarantela. Recordé además la historia de un dicho popular muy utilizado entre los chilenos y que también incluye al octópodo bicharraco: «picado de la araña». Con estas ideas en la cabeza me di a la tarea de buscar entre mis archivos la información necesaria para dar cuerpo al Palabreando de hoy, que tiene como protagonistas a estos temidos y a la vez seductores ejemplares del reino animal: las arañas.

ARACNÉ

El mito dice que Aracné era la hija de un tintorero de la antigüedad, famosa por su gran habilidad para el tejido y el bordado. Las alabanzas que recibía la hicieron tan engreída de su habilidad como tejedora que llegó a afirmar que su destreza era superior a la de Minerva, la diosa romana de la sabiduría y la guerra, además de la artesanía. La diosa se enfadó, pero dio a Aracné una oportunidad de redimirse. Adoptando la forma de una anciana, advirtió a la muchacha que no ofendiera a los dioses. La joven se burló y deseó un concurso de tejido, done pudiera demostrar su superioridad. Minerva se quitó el disfraz y el concurso comenzó. La diosa tejió la escena de su
 
VIUDA NEGRA (TAMAÑO DE UN GARBANZO)


victoria sobre Neptuno, mientras que el tapiz de Aracné representaba veintidós episodios de infidelidades de los dioses. Incluso Minerva admitió que la obra de Aracné era perfecta, pero se enojó tanto por la irrespetuosa elección del motivo, que destruyó el tapiz y el telar de su competidora. Aracné advirtió su insensatez y quedó embargada por la vergüenza. Huyó y se ahorcó. Pero Minerva se apiadó de la muchacha y aflojó la soga, convirtiéndola en una telaraña y transformándose la propia Aracné en una araña.

TARÁNTULA Y TARANTELA

El nombre tarántula procede del italiano tarentola y alude a la ciudad de Tarento, región al sur de Italia donde son abundantes estas arañas. Por su parte, la tarantela también fue bautizada así en honor a la ciudad que la vio nacer. Indagando en libros y en la red, encontré varias versiones que vinculan al arácnido con esta danza. La leyenda más difundida cuenta que durante la Edad Media, en las tierras de Tarento era común ser víctima de mordeduras de tarántulas, lo que inicialmente producía un pequeño dolor, pero con el correr del tiempo podía provocar problemas respiratorios y convulsiones, apareciendo un ataque de locura e histeria que llevaba a los enfermos a llorar, gritar, saltar y sacudirse. Si no eran atendidos a tiempo podían morir. Para este mal existía un antídoto muy particular: moverse frenéticamente durante mucho tiempo para así liberar las toxinas a través del sudor. Estos movimientos espasmódicos comenzaron a ser tan frecuentes en la población que los músicos no vacilaron en componer piezas musicales que acompañasen a los enfermos: «La danza de la tarántula», cuyo diminutivo en italiano es la palabra tarantela. Hoy en día se sabe que la mordedura de una tarántula puede provocar dolor, pero nunca los efectos convulsivos que manifestaban los legendarios habitantes de Tarento… y menos aún la muerte, por lo que sus atribulados ciudadanos se recuperaban y salvaban con o sin baile.

PICADO DE LA ARAÑA

La mordedura de la Lactrodectus Mactans, más conocida como Araña del Trigo, Viuda Negra, Poto Colorado o Pulú en lengua mapuche (habitante exclusiva de las regiones VIII y IX de nuestro país), originó el dicho campesino «picado de la araña» para indicar a los hombres conquistadores de mujeres, muy activos sexualmente. Esto porque la peligrosa ponzoña arácnida provoca, entre otros efectos, «priapismo», una dolencia caracterizada por la erección prolongada y dolorosa del pene, problema que puede durar entre tres y seis días. No es difícil imaginar entonces por qué los machos picados de la araña poseen esta fama, que espanta a algunas mujeres y a otras las hace caer rendidas a sus pies. DdO

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