Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 52 - Año VIII, Otoño 2010
PALABREANDO
El reino animal tiene la palabra
VANIA RÍOS MOLINA

EL MUNDO DEL LENGUAJE ESTÁ LLENO DE ALUSIONES AL REINO ANIMAL. EXISTEN TANTOS DICHOS Y REFRANES COMO ESPECIES EN EL PLANETA. PARA BUENA PARTE DE LOS ANIMALES EXISTE UNA O MÁS DE UNA FRASE QUE ASIMILA ALGUNA DE SUS CARACTERÍSTICAS FÍSICAS O COMPORTAMIENTO A LA CONDUCTA HUMANA. EJEMPLOS HAY MUCHOS: DE ALGUIEN QUE SÓLO HABLA Y AMENAZA PERO NUNCA ACTÚA DECIMOS, NO TE PREOCUPES..., ¡PERRO QUE LADRA NO MUERDE! CUANDO NOS ENTERAMOS DE ALGÚN SECRETO Y NO QUEREMOS REVELAR LA IDENTIDAD DEL INFORMANTE RECURRIMOS AL FAMOSO DICHO ¡ME LO CONTÓ UN PAJARITO! A CONTINUACIÓN REVISAREMOS OTROS DICHOS EXPLICANDO SUS POSIBLES ORÍGENES.

Llorar lágrimas de cocodrilo:

La expresión se usa cuando una persona ha hecho algún daño y luego llora hipócritamente para que se le perdone, pero no son lágrimas de sufrimiento ni de pesadumbre real sino que aluden al dolor fingido, dolor que no es tomado en serio por ninguna de las personas que lo contemplan. Así, a todas esas lágrimas derramadas sin sentimiento, que no son de verdad, se les llama lágrimas de cocodrilo. Ejemplo: No creo en tu arrepentimiento... ve a secar tus lágrimas de cocodrilo a otro lado.

Pero, ¿de dónde viene esta denominación? Pues bien, se sabe que las famosas lágrimas de cocodrilo son una secreción acuosa que mantiene húmedos los ojos del animal fuera del agua, pero no tienen nada que ver con el llanto. Sucede que las glándulas salivales y las lacrimales de este reptil están situadas muy cerca unas de las otras y por eso se estimulan constantemente, lo que hace que llore mientras come.

Tener vista de lince:

Esta característica es atribuida a quienes sobresalen por su capacidad visual, pudiendo distinguir a grandes distancias objetos que parecen inalcanzables a la vista de otros. Ejemplo: No se preocupen, Pedro les avisa si se acerca la policía... Con la vista de lince que se gasta, no se le va una.

Si bien es cierto que el felino llamado lince posee el mérito de ser uno de los animales con mejor visión entre todos los seres de la Tierra, no fue él precisamente el que originó este dicho tan popular. Cuenta la historia que existía un rey en Mesenia -antigua ciudad del Medio Oriente- llamado Alfareo, cuyo hijo era famoso por la capacidad visual de que gozaba, ya que era capaz de distinguir desde su castillo en Libia, la partida de una flota enemiga desde Cartago. Y no sólo eso; se decía además que era capaz de atravesar con su mirada toda clase de objetos sólidos. Sucedía que el nombre de este descendiente de nobles era Linceo y fue él quien dio origen al dicho popular tener vista de Linceo, que era como se decía en los primeros tiempos y no tener vista de lince, como lo hacemos en la actualidad.

Aquí hay gato encerrado:

Utilizamos esta frase para mencionar un hecho oscuro o que se está ocultando alguna cosa. Se refiere a un engaño, al encubrimiento de un asunto que no nos cuadra del todo. Ejemplo: Es la quinta vez que Miguel me deja plantada. Esto no me huele bien... ¡Aquí hay gato encerrado!

La mayoría de las versiones coinciden en señalar que este dicho encuentra sus orígenes en la Edad Media, época en que se utilizaba la piel de los gatos para fabricar diferentes productos entre los que se encontraban monederos que la gente escondía entre sus ropas para no ser asaltada. Estos monederos acabarían llamándose «gatos». De ahí vendría la expresión «aquí hay gato encerrado», con el significado de un secreto oculto a la mirada.

Estar aturdido:

La palabra aturdir significa causar una perturbación de los sentidos por efecto de un golpe o ruido impresionante; también puede entenderse como confundirse o desconcertarse. Ejemplo: El bus frenó tan repentinamente que me dejó aturdida. Se preguntará qué tiene que ver el aturdimiento con el reino de los animales. Pues mucho, porque la palabra aturdir deriva del tordo, pájaro que en el verano y comienzos del otoño suele picotear tantos granos de uva que termina mareado y con gran dificultad para emprender el vuelo, dando la impresión de estar embriagado. De este modo, a quienes por alguna razón se les ve atolondrados y lentos en su proceder se les dice que están mareados como un tordo, es decir, aturdidos.
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