El Tiempo debe entenderse a la luz de la Física y la Filosofía. Al respecto, algunas cosas nos parecen claras: Hay Tiempo físico (reloj) y tiempo psicológico (conciencia). Tiempo es “aquella cosa en la cual no podemos viajar”; “existen tantos Tiempos como observadores”; “el ahora (presente) no tiene una exigencia singular”. Para algunos filósofos, el Tiempo tiene la “culpa” de la muerte, el Tiempo “nos está matando”; para otros no es así y señalan que en el Tiempo vivimos y que el que nos es dado permitirá esculpir nuestra identidad. Pero vivimos en un desfase del Tiempo físico, estamos desbordados del presente por el futuro.

Para la física, el Tiempo es “un proceso en el que se miden las transformaciones, el cambio”: No es fácil entender esto porque el lenguaje corriente nos ha venido entrampando con el concepto del Tiempo.

En efecto, decimos, por ejemplo, que el Tiempo “pasa”, que el Tiempo “ha pasado”, y esto no es cierto: El Tiempo no pasa, no tiene velocidad (ni motor). Lo que sí pasa, lo que sí vemos, es que las cosas cambian (temporalidad de las cosas). Nunca vemos el Tiempo, sólo percibimos que las cosas cambian. (Todas las cosas del universo están en cambio y sólo una cosa no cambia: la manera como cambian las cosas. El universo está en evolución. Para la Cábala, el hombre debe comprender que nada realmente es sino que todo cambia constantemente. Nada permanece inmóvil. Todo nace, crece y muere. En el mismo instante en que algo alcanza su pico máximo, comienza a declinar. La Ley del ritmo está en continuo funcionamiento. No existe la “realidad”. Nada posee una propiedad de duración ni sustancialidad. Lo único permanente es el cambio. El hombre debe comprender que todas las cosas son producto de la evolución de otras, una incesante acción o reacción, un construir o un derribar, creación o destrucción, nacimiento, crecimiento y muerte. Nada es “real” y nada subsiste, excepto el cambio).

¿Pero de dónde y cómo emerge el Tiempo? El Tiempo emerge de un mundo más profundo en el que no hay Tiempo. Respecto al cómo emerge, tenemos que el surgimiento del Tiempo y del Espacio cuentan con una explicación parecida en la mitología griega y en la Moderna Teoría del Bing-Bang. En efecto, en estas dos concepciones ambos aparecen simultáneamente y sólo después de la ruptura, del estallido de un núcleo primario, primordial. Para el mito griego, Gaia y Urano engendran niños que son Titanes y, como no hay Espacio ni Tiempo, caben todos en el vientre; pero llega Cronos con su hoz y rompe el vientre materno y en este momento crea el Tiempo. En el Bing-Bang, sólo después de la ruptura, del estallido de un núcleo primordial -condensación material de tamaño infinitamente pequeño-, Tiempo y Espacio aparecen.