Revista Dedal de Oro N° 60
Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 60 - Año X, Otoño 2012
PREAMBULO
A ESCALA HUMANA
JUAN PABLO YÁÑEZ BARRIOS

Yo fumaba. Dejé de fumar por convicción, no porque me lo impusieran. No dejé de fumar por miedo a la muerte. Dejé de fumar porque cada vez me cansaba más subir los cerros o porque sí le temo a la enfermedad. Cuando vino el terremoto del 27 de febrero de 2010, había intentado varias veces dejar el cigarrillo, pero volvía a fumar después de unos días. Esa noche fumé, estando afuera con algunos familiares esperando a que la tierra se calmara. Después dormí un rato y ya de día iba a encender un cigarrillo y pensé de pronto: si hay fuerza para que sucedan estas catástrofes, ¿cómo no voy a tener fuerzas yo para dejar de fumar? Y nunca más fumé. Gracias al terremoto, nunca más fumé.

Lo más grandioso de la vida es la libertad. Nadie me obligó a dejar de fumar. Tampoco el Estado (con mayúsculas). Fui libre en mi decisión. Ninguna tercera persona me obligó a dejar de fumar. Dejé de fumar sin traumas, por una automática decisión interior, libre, humana. Le eché de menos al humo un par de semanas y listo. Hoy, no me molesta que fumen en mi presencia, incluso lo disfruto, pero sufro un leve malestar sólo al pensar en dar una caladita: verdaderamente dejé de fumar. Estupendo.

Sería muy diferente si me hubieran forzado a dejar de fumar: "Señor, no fume en el bar", "señor, no fume en ningún sitio cerrado". Y la bestialidad que pretenden ahora, los pobres de espíritu que arreglan el mundo prohibiendo, imponiendo, castigando: "Señor, no fume
ni en los parques ni en las plazas". Una de las frases más valiosas que he escuchado en mi vida es ese inmortal "se prohíbe prohibir". El peor mal humano consiste en creer que uno, según sus propias convicciones, puede decidir por los demás e imponerle sus verdades, y también sus mentiras. Sea verdad o mentira lo que se impone, la bofetada es la misma, el insulto es el mismo. Yo, personalmente, opino que el aborto debe evitarse, pero sé que estaría insultando a todas las mujeres del mundo si no les dejo la libertad de decidir sobre ellas mismas y sobre lo que ellas concibieron. Pero este es otro tema.

Me encanta el vino, me hace bien. Digo, gozar el vino, no emborracharse, porque entonces no hay goce, sino enfermedad. Para los paladares que gustan del vino, comer con vino es un regalo de Dios y comer sin vino es un arrebato del Diablo. Ergo, una ley que prohíbe beber una copa de vino antes de conducir, me amarra. Innumerables veces en mi vida he conducido mi modesto autito después de beber vino y jamás he llevado a pasar ni siquiera a una gallina. Otros pueden haber provocado accidentes, no todos somos iguales, pero por eso mismo una ley pareja es injusta. ¿Cómo discriminar con la ley? Desde ya, por grupos etarios. Los jóvenes insolentes suelen mentar a la madre cuando uno interviene en su camino y suelen creerse la muerte cuando beben, a veces de tal modo que terminan no creyéndose la muerte, sino siendo la muerte apretando el acelerador. En algunos aspectos, "juventud, divino tesoro" vale oro; en otros, "vale callampa", como decía un amigo.

Creo firmemente que la principal causa del aumento de los accidentes de tránsito es proporcional al aumento de la monstruosidad de los vehículos. ¿Qué es esto? Es la tecnología pasando a llevar soberanamente las cosas a escala humana. Son los autos irracionales capaces de alcanzar velocidades paranoicas. ¿Por qué no hacen una ley que limite la velocidad de los autos cero kilómetro? La monstruosidad está en las calles porque los autos son monstruos. No conozco las estadísticas, pero me atrevería a decir que una gran parte de los accidentes son provocados por conductores ebrios de velocidad, no de alcohol. ¿Por qué no se hace un despliegue de control policial al exceso de velocidad de la misma forma que se hace con esta ley seca? Si de evitar muertes por accidentes del tránsito se trata, mil veces más efectivo sería el control sistemático de la velocidad. Conduzco prácticamente todos los días por los caminos del Cajón del Maipo sin sobrepasar el máximo de la velocidad permitida, y me atrevo a afirmar que el 99% de los vehículos que van por mi ruta me adelantan, incluso camiones de alto tonelaje y… vehículos de la "autoridad".

Pongámosle atajo a las mentiras: no se limita la velocidad de los autos nuevos porque eso perjudica al mercado automotriz. Es mucha la gente que busca embriagarse de velocidad, y esa gente compra autos veloces, más veloces que la racionalidad humana. Si es necesario limitar las libertades, que se comience prohibiendo la irracionalidad permitida: los embriagados de velocidad. Y que se prohíba también a los borrachitos, pero a los mayores que queremos las cosas a escala humana, déjennos en paz, no jodan. Atrévanse mejor a joder al dios-mercado.

Volver al índice Ver Artículo Siguiente
Volver a Inicio
Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas.