Revista Dedal de Oro N° 60
Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 60 - Año X, Otoño 2012
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Las palabras de PÍo

Corría el año 1904 y aquella tertulia, que había abierto el gallego Ramón María del Valle-Inclán en el Nuevo Café de Levante, hervía por las noches con la flor y nata de los intelectuales de la Generación del 98 y los artistas más significados, entre ellos Ignacio Zuloaga, Gutiérrez Solana, Santiago Rusiñol, Mateo Inurria, Chicharro, Beltrán Masses o Rafael Penagos. Y aquella noche del 13 de mayo de 1904 el que sorprendió a todos los presentes fue Pío Baroja, porque cuando se estaba hablando de las distintas clases de españoles, el novelista vasco dijo: La verdad es que en España hay siete clases de españoles. Sí, como los siete pecados capitales. A saber: 1. los que no saben; 2. los que no quieren saber; 3. los que odian el saber; 4. los que sufren por no saber; 5. los que aparentan que saben; 6. los que triunfan sin saber; y 7. los que viven gracias a que los demás no saben. Unamuno y Benito Pérez Galdós aplaudieron a Baroja, sobre todo por el punto 7. Estos últimos se llaman a sí mismos "políticos" y a veces hasta "intelectuales".

Discurso polÍtico

Una vez que termines de leer el siguiente discurso, por favor vuelve a hacerlo, pero esta vez comenzando por la última línea y siguiendo hacia arriba. Entonces sabrás lo que es un doble discurso:

"en nuestro partido político cumplimos con lo que prometemos
sólo los necios pueden creer que
no lucharemos contra la corrupción
porque si hay algo seguro para nosotros es que
la honestidad y la transparencia son fundamentales
para alcanzar nuestros ideales
demostraremos que es una gran estupidez creer que
las mafias seguirán formando parte del gobierno como en otros tiempos
aseguramos sin resquicio de duda que
la justicia social será el fin principal de nuestro accionar
pese a eso, todavía hay idiotas que fantasean -o añoran- que
se pueda seguir gobernando con las mañas de la vieja política
cuando asumamos el poder, haremos lo imposible para que
se acaben las jubilaciones de privilegio y los negociados
no permitiremos de ningún modo que
nuestros niños mueran de hambre
cumpliremos nuestros propósitos aunque
los recursos económicos se hayan agotado
ejerceremos el poder hasta que
comprendan desde ahora que
somos la "nueva política".
(Ahora léelo de abajo hacia arriba)

Olvidadizo

Desde hace un tiempo me estaba preocupando porque no recuerdo los nombres propios, no encuentro nunca dónde dejé algunas cosas y, cuando estoy hablando, de pronto me paro y no sigo, porque no recuerdo a veces lo que voy a decir. En fin, creía que había comenzado a tener un enemigo en mi cabeza, cuyo nombre comienza con A. Hoy, leyendo un artículo, quedé más tranquilo, por eso les voy a transcribir la parte más interesante: Si uno tiene conciencia de los problemas de memoria, es que no los tiene. La mitad de los mayores de 50 años se hace olvidadizo, lo que no es una enfermedad. Los "despistes" son, por ejemplo, no poder recordar el nombre propio de un individuo, entrar a una habitación sin saber qué se iba a buscar, olvidar el título de una película o dónde se dejaron los anteojos o las llaves, etc. Muchos adultos se preocupan por esto. De aquí una afirmación importante: Quien es consciente de padecer estos olvidos no tiene problemas serios de memoria, ya que el que padece una enfermedad de la memoria, con el inevitable fantasma del Alzheimer, no tiene registro de lo que efectivamente le pasa. Dubois, profesor de neurología de CHU Pitié-Salpêtrière, acuñó una paradójica pero didáctica explicación válida para la mayoría de los casos de personas preocupadas por sus olvidos: Cuanto más se queja una persona de su memoria, menos probabilidades tienen de sufrir una enfermedad de la memoria.

 

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