Revista Dedal de Oro N° 61
Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 61 - Año X, Invierno 2012
PALABREANDO
ANIMALIZACIONES
VANIA RÍOS MOLINA, Profesora de Historia, editora de textos de Dedal de Oro.

Mitad de año ya, para muchos escolares es tiempo de las anheladas vacaciones de invierno y un clásico panorama para la época es visitar el zoológico. Dos veces en mi vida he ido al zoológico, cuando era pequeña -hace muchísimos años-, y algunas semanas atrás, ahora con una mirada más crítica frente a la desapercibida realidad de los animales que viven en este lugar. Criaturas trasplantadas a un hábitat que no es el suyo y, además, condenadas a vivir en cautiverio. Soy partidaria de compartir con los animales, por qué no, si son interesantes y su conducta muchas veces es divertida, pero sería bueno verlos en su entorno, donde puedan desarrollarse libremente y no ser reducidos a un espacio indigno sólo con el fin de entretener a las personas. Y hablo sólo del zoológico. Ni mencionar otros sitios o eventos donde se los lastima deliberadamente, como se hace en nuestro querido "deporte nacional", el rodeo, o en las corridas de toros, en otras latitudes del planeta. Sé que esta realidad está lejos de cambiar; las tradiciones –aun cuando no signifiquen un aporte o, derechamente, causen daño- es difícil hacerlas desaparecer.

Y ya que no puedo hacer mucho por los animales, prefiero mantenerme lejos del espectáculo y sentarme a escribirles sobre ellos; contarles por ejemplo de un fenómeno lingüístico llamado "animalización", que se refiere a características de animales aplicables al comportamiento humano. Son metáforas utilizadas desde siempre en el lenguaje popular, unas veces como cualidades y otras como defectos. Veamos.

Cuando una persona es malintencionada o traicionera se dice que es vaca. Ej.: ¡Pucha, que eres vaca, no me avisaste que hoy era el último día de oferta! Si me preguntan, no sé por qué a la pobre vaca la vincularon con un comportamiento tan negativo. ¿Serán mala leche?

Le decimos cerdo a alguien sucio, puede ser suciedad del pensamiento o de costumbres poco higiénicas. Ej.: ¡Qué cerdo es Luis! Reventó una mosca con la mano y ahora se chupa los dedos.

Ser burro tiene doble lectura: con connotación positiva alude a alguien orgulloso de su "virilidad" (generalmente el halago viene del propio sujeto que se dice "burro"). Negativamente, como sabemos, un burro es quien posee escasa capacidad intelectual. Ej: ¡Este chiquillo me salió tan burro!… ¡Quince años ya y todavía no sabe sumar!

Ser gallina corresponde a una persona cobarde, como estas aves que huyen ante la presencia humana, hasta situarse a cierta distancia de seguridad. Ej.: ¡Vamos, no seas gallina! Tócala... las tarántulas no son venenosas. Pero además se dice que las gallinas son promiscuas, de ahí el origen de la expresión: ¡Esta es más puta que las gallinas!

También dentro de las aves tenemos al jote, persona dedicada a dar vueltas y vueltas alrededor de su presa (generalmente del sexo opuesto) antes de atacar y tratar de conquistarla. Ej.: ¡Oye, Pedro, no seái jote! Deja de molestar a mi prima. Está el pavo, persona insulsa e inocente, ingenua y falta de picardía. Ej.: No le trates de explicar a Jorge… es más pavo, no va a cachar nada. O el loro, alguien que no para de hablar nunca. Ej.: ¡Por favor, alguien que desenchufe a Ale… parece loro!

Ser un zorro tiene una connotación positiva, significa ser una persona astuta. Ej.: ¡Mario es un zorro viejo, no lo podrás engañar! Por el contrario, cuando hablamos de su femenino, la zorra, lo hacemos para hablar mal, comúnmente para referirnos a una mujer promiscua. Ej.: ¡Esa se ha acostado con todo el barrio; es una zorra!

Ser un toro o estar fuerte como un toro se dice de una persona robusta. Ej.: ¡A mí no me entran balas, soy un toro!

Ser una rata significa ser una persona baja, cobarde… nada bueno. Ej.: Sorprendimos a los ladrones y huyeron como ratas asustadas. Por el contrario, ser ratón de biblioteca es un halago que alude al sujeto bueno para leer, aplicado e instruido.

Ser un gusano corresponde a alguien rastrero, traidor, vil y despreciable. ¿Ejemplos? Hubo un General en la Historia de Chile reciente. Personaje fácilmente asimilable a este bicharraco.

Semejante al gusano es la víbora, ser venenoso y malintencionado que siempre busca, a través de sus comentarios, dañar a los demás. Ej.: Gracias a la víbora de tu mujer, terminé con mi pololo.

Y del mar podemos mencionar al pulpo. El pulpo es quien tiene manos sólo para agarrar dinero. Ej.: ¡Nooo… yo no compro en el almacén de Tatán; el viejo es muy pulpo…!

¡Hasta la próxima!

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