Frecuentemente la revista Dedal de Oro ha mostrado en su tapa obras de valor cultural referidas al Cajón del Maipo, ya sea de artistas residentes o relacionados con la zona en tiempos ya idos o presentes. Esto se inició en el Nº 2 de la revista, en diciembre 2002, cuando publicamos en la tapa un mapa del Cajón del Maipo dibujado por Lucía Echevarría, por entonces una adolescente. Lucía se repitió el plato en el Nº3 con una imagen en la que nos muestra su concepción del planeta Tierra. En el Nº 4 continuamos con arte: la tapa muestra un mascarón de proa tallado por el Tue, uno de los artesanos más destacados de la zona. En abril 2003, cuando la guerra quería asomar de nuevo su sucia nariz en nuestro planeta, Gloria Fernández – madre de Lucía- se toma la tapa del Nº 6 de la revista para mostrarnos una Tierra rota, y se presenta de nuevo en el Nº 25 con una pintura de la estación ferroviaria de San Alfonso. Y así se sigue: en las revistas 7, 8, 15, 16, 18, 21 y 24 aparecen en la tapa fotografías de Andrés Zavala (desnudo femenino incluido), fotógrafo de San José; en la 9, una imagen del interior de la iglesia del pueblo, valor patrimonial; en la 12, una fotografía antigua de Eduardo Barrios –Premio Nacional de Literaturaen su casona de San José; en la trece mostramos una vez más la iglesia, esta vez por fuera; en la 19 pusimos una tapa que muestra otra tapa: la de la primera edición del libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda, ejemplar dedicado por el poeta a Eduardo Barrios; el número 20 muestra una obra del pintor Oscar Sainte-Marie Boiron: una esquina de San José a fines del siglo XIX o principios del XX; el 22, una foto de un collage vegetal creado por la Yuyín Astorga, de San Alfonso; el 26, una foto artística de Pepe del Melocotón; los números del 27 al 30 muestran fotografía con valor artístico o patrimonial: paisajes de Emilio Goujon o imágenes antiguas ferroviarias; los números 31 y 33 presentan a actores que de una u otra manera se han relacionado con el Cajón; el 34 trae a Gastón Soublette en la tapa, gran representante de la cultura humanista de nuestro país, amante de nuestra zona y leal colaborador de esta revista; el 35 trae una obra de Raúl Cuello, escultor residente en El Manzano…

Con el Nº 41, de marzo 2008, cuya tapa muestra un carro del ex trencito militar en estado de absoluto abandono pero ya recuperado por la Agrupación Proyecto Ave Fénix para ser restaurado, Dedal de Oro inicia una estrecha colaboración con la idea que mueve a esa Agrupación: la recuperación del tren para el beneficio de toda la comunidad del Cajón del Maipo. El tema del tren patrimonial vuelve a aparecer en las tapas de las revistas 50 y 61, con imágenes capturadas por Nitram Odallem Zaìd, documentalista de imágenes fijas y en movimiento. Las tapas 44 y 48 nos presentan otras dos fotografías de la zona con valor patrimonial; las tapas 51 y 53 muestran a dos premios nacionales de arte: Federico Assler –residente en La Obra- y José Balmes, quien en sus primeros tiempos pintó innumerables paisajes del Cajón del Maipo cuando venía en periodos de vacaciones; la revista 47 muestra en su tapa una obra de Mario Campodónico: el Teatro Ideal de San José; la 56, a Ricardo Astorga, relacionado profesionalmente con la cultura; la 57, una foto de la niña Lucía Manterola, cuyo Diario de Vida –de valor patrimonial- fue publicado por Dedal de Oro Editora este año 2012; la 58 presenta el Museo (privado) de obras de Picasso replicadas en madera tallada, de Eduardo Mena; la 59 nos presenta a dos valores musicales de la zona: Juan Alarcón y Patricio Cáceres. Por último, tenemos la revista actual, cuya tapa muestra una de las muchas obras de la artista pintora y tapicista Verónica de la Paz, de San José…

Principalmente hemos citado tapas en relación con esa cultura entendida como acción a escala humana alejada de la tecnología industrial y cercana al amor por lo bello, que se expresa desde el oficio personal haciendo arte, artesanía o manualidades. Con "acción a escala humana" nos referimos a lo que rompe con lo que hoy se entiende por "desarrollo económico", ya que este desarrollo no significa necesariamente que el hecho de que un país –Chile, en este caso- tenga un buen desarrollo económico, favorezca el aumento del nivel de vida del grueso de sus habitantes.

Esta preocupación de Dedal de Oro por lo "humanista" no se ha manifestado sólo en las tapas. No hay revista sin su sección de literatura, y son muchas las personas destacadas que han aparecido o colaborado en sus páginas con numerosos y diversos artículos. Sería largo nombrarlos a todos.

Continuando en esta línea humanista, en este número presentamos algunos aspectos de aquella labor humana a pequeña escala que mucha gente ejerce como su principal medio de vida y que, por no ser determinante en el desarrollo económico ni en el desarrollo tecnológico del país, suele ser mirado "a huevo". Se trata de un quehacer alternativo del representante genuino de la vida entendida como un pasar no guiado por la ambición.

Seguramente, en los próximos números seguiremos presentando esta cara real del Cajón del Maipo: no la cara de las grandes (y necesarias) empresas, sino la de las chicas (y también necesarias), nacidas de lo sencillo y cordial.