:: Tradiciones de la Noche de San Juan

Recopilado por Julio Arancibia O.

El 23 de Junio es Noche de San Juan, fiesta de nuestra cultura y tradición. Esta noche se hace presente en nuestro país desde
la época colonial. Se dice que durante ella no se debe salir de casa y que hay que mantenerse encerrado en oración constante, pues las fuerzas del bien y del mal andan sueltas y confundidas.

Entre las creencias tradicionales más importantes sobre esta noche está aquella de la higuera: a medianoche florece su flor. Para cogerla se debe tocar guitarra bajo el árbol. Quien logre ver la flor de la higuera tendrá mucha riqueza y quizás encuentre un entierro.

Tradiciones de la Noche de San Juan

Como se dice en "Los Entierros", también en esta sección de "leyendas", la tradición habla de duendes cuya misión es vigilar los entierros; también se dice que pueden ser descubiertos sólo en la noche de San Juan, preferentemente a las 12 en punto.

Para tal hallazgo se debe contar con un mate y un cirio que haya velado a un muerto. La acción consiste en ir al lugar donde se cree hay un entierro y poner el cirio encendido dentro del mate, el cual girará por sí solo en el lugar del entierro. Pero cuidado, que puede aparecer Satanás, presentarse de diversas formas: desde serpiente escamosa multicolor o de oro hasta de hombre vestido de negro con un guitarrón del mismo color bajo el brazo.

En esta noche también se puede averiguar sobre las finanzas futuras. Hay que tomar tres papas: una pelada, la otra a medio pelar, y la última con cáscara. Se ponen las papas bajo la cama antes de las doce de la noche. Al día siguiente se saca una al azar. Si es la pelada quiere decir que la pobreza reinará ese año, si es la que tiene su cáscara significa que en ese hogar habrá una buena situación, y si es la a medio pelar quiere decir que las finanzas en casa serán irregulares.

También tenemos el juego de la “tinta maldita”, que consiste en doblar un papel en tres y luego abrirlo para derramar en su centro unas gotas de tinta. Enseguida el papel se pliega nuevamente y se pone debajo de una Biblia a las doce en punto. Al día siguiente se saca el papel y se despliega. Si se obtiene una forma de ataúd significa peligro de muerte. Si la forma es de animal simboliza una maldición o brujería en el espíritu de quien juega. También se pueden formar figuras de corazón, que aluden a buenas relaciones amorosas, o figuras de personas, que indican buena salud.

Los niños de una familia de clase alta hicieron este juego. El menor obtuvo un loro, el mayor una persona. El menor, al día siguiente, comenzó a sentirse mal: deliraba y en sueños veía un loro verde y grande que le picoteaba los ojos. El niño murió. Pasaron los meses y un día el hermano mayor fue a comprar a un negocio cercano. La mujer que lo atendió, de quien se decía era bruja negra, lo hizo pasar al dormitorio para verle la suerte a través de las cartas. El joven accedió, pero grande fue su sorpresa al ver dentro de la jaula un muñeco colgado que representaba un niño y al que un gran loro verde picoteaba constantemente. El hermano del fallecido niño vio que el muñeco llevaba amarrado, en su cuerpo de algodón, un guante que le pareció conocido: el de su hermano. Se marchó llorando de rabia y miedo. Dicen que en otra noche de San Juan la mala bruja murió quemada, supuestamente porque en su casa la estufa explotó.

En esta noche también puede suceder que pájaros tue-tué, que la tradición identifica como brujos, chillen alrededor de un sauce, indicando que allí hay un cadáver. Para poder encontrarlo se debe atrapar al tue-tué e ir con él al lugar donde haya graznado. Si se encuentra el cadáver, hay que darle cristiana sepultura y marcharse con premura.

Se cuenta que en la casa de una antigua familia del Cajón del Maipo, en una noche de San Juan sus moradores sintieron graznar a pájaros tue-tué. Los graznidos no cesaron hasta las tres de la mañana. Después las puertas de la casa fueron golpeadas fuertemente y los vidrios fueron rotos. Posteriormente escucharon llantos de niñas. Se levantaron para ver de dónde provenían y vieron a fantasmas pálidos, etéreos y transparentes. Huyeron esa misma noche. Tiempo después se supo que esa casa estaba maldecida por duendes y que había cuerpos sepultados, gente que había sido asesinada. Más adelante los habitantes quemaron la casa y borraron todo rastro de lo que hubiese pasado. Las historias de la Noche de San Juan, como la anterior, abundan.