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                    | Juan 
                        Pablo Yáñez Barrios. |  Enseñando 
                  a nadar
 Versos 
                  de agua en un verano quemante  (Para 
                  Rakdua)    Al 
                  nadardebes mover los brazos
 rítmicamente.
 Ten 
                  buen cuidadode mover los pies
 en forma vertical
 como un pescado
 o un pez.
 El 
                  mar guardaen su hermosura
 toda traición
 de natura.
 Al 
                  nadar debes andartecon tanto cuidado
 como al vivir.
 ¿Qué 
                  opinas de los valientesdesafiantes del mar
 terminando siendo
 bolsitas de sal?
 Respirar 
                  con inteligenciaes elemental.
 Nariz 
                  o bocadeberán hallarse
 fuera del líquido
 para no atragantarse
 y evitar morir
 por afixia.
 Que 
                  no se te ocurraentregarte
 al placer
 de las caricias
 tibias
 del ahogo
 voluptuoso
 que el agua provoca
 al chorrear
 por tus mucosas.
 La lujuria acuática es
 una entrega
 un enlace irreflexivo
 voluntario
 con la muerte.
 ¿Dónde 
                  quedatu sentido
 responsable?
 Tu 
                  educación cristiana¿dónde queda
 hermana?
 La 
                  lascivia esobsenidad
 y el suicidio es
 impureza.
 Al 
                  menospara nadar
 estas enseñanzas
 servirán.
 Pues 
                  biendecíamos que para nadar
 tienes que mover
 los brazos
 rítmicamente.
 Y 
                  también los pies. Tienes 
                  que moverpor siempre
 rítmicamente
 el cuerpo.
 No 
                  debes alcanzarel sin-fondo
 hasta no tener un total
 dominio
 sobre tus músculos
 para flotar.
 Puede 
                  ocurrirque en las honduras
 necesites cansada
 volver a pisar fondo.
 Puedeque por una u otra razón
 te desesperes
 y desesperada
 sucumbas
 al llamado terrible
 del fondo
 de las tinieblas.
 Repite 
                  repitiendohasta entender
 lo que significa
 pequeñez
 en la zona aborigen
 o en el dominio
 de la esencia
 natural.
 Puede 
                  que te gusteque te venzas
 que pierdas
 la conciencia.
 Puedeque te arrepientas
 que te des cuenta
 que trates
 a tiempo
 de salvarte
 del empeño
 en sumergirte
 en la inconciencia.
 Yo 
                  estaré siemprea las orillas
 mientras tú nades
 con los ojos dirigidos
 hacia ti
 esperándote.
 Si 
                  veoel peligro
 en tus contornos
 no dudes
 de que me multiplicaré
 para socorrerte.
 Te 
                  repetiré luegouna vez a salvo
 todo aquello
 que la enseñanza
 no te dio.
 Repondreme 
                  de ladesmoralización
 de la ineficiencia
 de mis lecciones
 y comenzaré de nuevo
 a instruirte.
 La 
                  naturaleza ajenay la del propio cuerpo
 deben ser
 un tejido de sabios.
 Para 
                  nadartienes que superar
 tus propias
 calamidades
 y estupideces.
 Ten 
                  siempre presenteque si tu cuerpo
 se hunde y termina
 en los vientres
 de asquerosos bichos
 no serás tú la única
 que sentirá
 el despedazamiento
 de tus entrañas.
 No 
                  tienes ningúnderecho
 a cometer tonterías
 ni actos
 de autodestrucción
 porque eres
 amada.
 Lo 
                  mejores que no nades
 hasta que aprendas
 a vivir.
 Siempre 
                  me mantendréa las orillas
 velando por ti
 esperanzado
 de que a mi advertencia
 de peligro
 vuelvas
 la cabeza hacia mí.
 Cuídatede las bestias
 que podrían
 beberte la sangre
 hasta emblanquecerte.
 No 
                  dadas por satisfechaslas bestias marinas
 no dudes
 que se saciarán
 devorándose tu cuerpo
 ya cristalino.
 Comprendeque ya será
 demasiado tarde.
 En 
                  vanome echaré al mar
 para sacrificar
 a los demonios
 con mis furiosas
 y serenas manos.
 En 
                  vanoiré a recuperar
 tus pedazos dispersos
 tu sangre
 diluida.
 Jamás 
                  podré reconstruirte
 a pesar
 de mi esfuerzos.
 Habrás 
                  muertopara siempre.
 No 
                  tendré másque lamentar
 mi fracaso.
 No 
                  tendré másque venir
 cada noche
 a contemplar de la mar
 sus arenas
 paganas
 donde casi fuiste mía
 soberana.
  
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