GRUPO DE GUANACOS MACHOS JUVENILES
(FOTO: BENITO A. GONZÁLEZ).
HEMBRA AMAMANTANDO A SU CRÍA DE SEMANAS DE VIDA
(FOTO: DENISE S. DONOSO).
FAMILIA DE GUANACOS EN LA CORDILLERA DE LOS ANDES
(FOTO: BENITO A. GONZÁLEZ).
HEMBRAS DE GUANACO, ACOMPAÑADAS DE UN JUVENIL,
BUSCANDO A SUS CRÍAS (FOTO: BENITO A. GONZÁLEZ).
El guanaco (Lama guanicoe) es el herbívoro nativo de mayor tamaño que habita nuestro país. Su distribución pasada era relativamente continua, abarcando desde los ecosistemas áridos del norte de Chile, la zona mediterránea, el cordón andino-patagónico hasta los bosques subpolares de la zona austral. En este amplio rango de ambientes el guanaco permitió la ocupación humana, siendo de vital importancia para nuestras culturas indígenas, quienes aprovechaban su carne, grasa, pieles, huesos y otros productos menores que de ellos se obtenían. Desde la llegada de los españoles el guanaco fue perseguido intensamente hasta extinguir muchas poblaciones, principalmente en Chile Central y Sur, incluso en pleno siglo XX. Evidencia de ello son las escenas en las cuales aparecen guanacos en lugares donde hoy ya no existen, ilustradas a mediados del siglo XIX en las obras del naturalista Claudio Gay. La desaparición del guanaco fue producto de múltiples factores, entre los cuales destacan la caza para consumir y comercializar sus productos, la competencia por alimentación con el ganado doméstico y el establecimiento de la agricultura, que modificó drásticamente su hábitat. Por ello actualmente sólo subsiste en lugares lejanos e inaccesibles al hombre.
La Región Metropolitana es un "buen" ejemplo (irónicamente hablando) de esta situación. Antiguamente se observaban migraciones de miles de guanacos que descendían de la cordillera al valle, para escapar del rudo clima invernal. Luego en primavera retornaban a las altas cumbres para reproducirse, como lo destaca el abate Juan Ignacio Molina en 1782. Sin embargo, esta magnífica conducta de migración altitudinal en nuestra región, que era habitual en el cordón de Chacabuco, Farellones y el Cajón del Maipo, ya no existe. Esto se debería a la extinción casi total del guanaco en la Región Metropolitana debido a la intensa cacería a la que fue sometido a principios del siglo XX, descrita por otro gran naturalista, el padre Rafael Housse. En la actualidad el guanaco es considerado una especie en Peligro de Extinción en toda la Zona Central, observándose sólo algunos animales en forma esporádica en la cordillera de Santiago, en la naciente del río Maipo.
No obstante, desde hace un año, grupos numerosos de guanacos (200 animales aproximadamente en mayo de 2012 y cerca de 100 en mayo de este año), han sido avistados en los alrededores del volcán Maipo en el fundo Cruz de Piedra. Pero, ¿de dónde vienen esos animales?, ellos provienen de la Reserva Provincial Laguna del Diamante en Argentina, que es el único lugar con poblaciones migratorias de guanacos de esta parte de la cordillera. Algunos grupos de animales se aventuran a desplazarse hacia el lado chileno durante el verano y el otoño, sin embargo la ausencia de lugares de invernada en nuestro país hace que sólo sean visitantes ocasionales por lo que retornan a Argentina a capear la nieve.
Queda entonces el desafío de lograr atraer nuevamente a esta especie hacia la vertiente occidental de la cordillera y hacerlas residentes en nuestra región, permitiendo que se restablezca la cadena trófica donde el guanaco era la principal presa del puma, y sus cadáveres eran alimento de los cóndores. Esto se lograría controlando la cacería ilegal e incorporando un continuo de terrenos públicos y privados a la protección, para favorecer el desplazamiento de los guanacos hacia zonas más bajas en nuestra cordillera, permitiendo que se reproduzcan y permanezcan las cuatro estaciones del año aquí. Creo que aún estamos a tiempo de poder trabajar a favor de nuestra fauna y así tener de regreso a esta magnífica especie.