:: MIRADA FORASTERA.
   Coleccionista de trenes, coleccionista de amistad
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Por: Rose Deakin.

Impresiones del Cajón del Maipo de una inglesa residente en San Alfonso. 

La persona a la que arriendo mi casa de San Alfonso es más que un trainspotter (observador de trenes): es también un coleccionista, un guardador y un constructor de trenes. Ha rescatado varios carros principales, carros de correo y una locomotora. Los compra y transporta a su jardín aquí en San Alfonso. Cuando llegaron los carros y la locomotora, arriba de un camión enorme y una grúa, tuvieron que rebajar la reja de la casa por todo el frente para que la grúa pudiera posicionarse y levantar los carros hasta el jardín. Eso me dijeron, pues fue antes de mi llegada a Chile.

Conocido en todos lados como Pepe Tren, es una figura popular y querida, y por eso nunca le falta cooperación. Los chilenos siempre disfrutan de un espectáculo y están dispuestos a ayudar a cambio de entretención. Los fines de semana mucha gente toca el timbre y pide entrar a ver los trenes. Pepe siempre se porta amable, pero no le gusta mucho, pues esto interrumpe el trabajo en su taller, que también construyo él, igual a una estación de trenes.

Después de unos años acumulando, restaurando y preservando antiguos trenes, incluso vías de distintas trochas que zigzaguean alrededor del jardín, Pepe, que es científico y profesor universitario, puso su mente a diseñar y construir una locomotora de vapor, un modelo perfecto, de las grandes. Era una tarea formidable y ocupó diez años de su tiempo libre de fines de semana y vacaciones. Cada pieza es hecha con mucha atención en el taller, probada, modificada y perfeccionada. Pepe compra carbón chico especial para la caldera y agua destilada para hacer vapor. Hay una pala chiquitita y herramientas chicas, todo lo que se necesita para mantenerla funcionando sin problemas.

Ya construido el tren chico, faltaba la vía. Pepe la trajo, de 7 pulgadas, de Inglaterra, este otro país de amantes de trenes y trainspotting. Y se dio cuenta que en los dos jardines, el de los trenes y el suyo, no cabía una línea circular. “El Chiquitito”

podía avanzar únicamente hacia adelante y hacia atrás, solamente en línea recta. Por fortuna un premio científico coincidió con la venta de la casa de al lado. Pepe compró la casa con ese dinero y construyó una línea redonda alrededor de los 3 jardines. Mi casa no era necesaria y por eso me la arrendó, con el compromiso de que el tren pudiera pasar sin impedimentos. Así, generalmente los fines de semana cuando estoy trabajando sentada a mi computadora, escucho un sonido nostálgico: el tren por el jardín. Los niños ingleses solían cantar a los trenes de vapor pasando por los rieles antiguos to lincolnshire to lancashire to fetch a pocket handkersher, y de pronto me encuentro susurrando la misma canción. El sonido de un tren a vapor pasando de vez en cuando y un pitido de la chimenea, evoca la memoria de casi todos los que tienen más de 50 años. De cierta manera, el estar en una villa poco común, en las montañas, aumenta la fuerza de los recuerdos. El tren tiene carros pequeños y Pepe disfruta dando un paseo con los niños o algún adulto que así lo quiera, y cuado baja hacia la piscina toma más velocidad. El vapor y el hollín en la cara y el olor crudo del humo de carbón en los pulmones da una vivencia vigorizadora y a veces alarmante. A Pepe le gusta dar muchas vueltas, a veces sin parar, hasta que se acaba el vapor y se siente un frío igual que si fuera un viaje de Londres a Escocia.

Cuando vinieron mis nietos a visitarme y trajeron a sus padres con ellos, uno de mis yernos ya sabía de Pepe, por su tío, quien es un experimentado trainspotter escocés. Escocia también es importante para Pepe, que tiene intereses y talentos relacionados con ese país.

Colecciona uniformes y es muy aficionado a la música, toca la gaita, lo que aprendió en su luna de miel hace 25 años, en Escocia, la tierra de su suegro. Cuando aprendió con los gaiteros de allá, fue a Glasgow a comprar gaitas. En el Cajón, las mejores fiestas siempre tienen a Pepe tocando gaita, vestido con falda escocesa y bonete. La melodía favorita es Amazing Grace, que es conocida en todo el mundo, aunque también podemos escuchar Speed Bonny Boat y otras canciones escocesas. A veces los domingos practica en su jardín que está junto al mío, y entonces otro sonido que evoca emociones pasa a través de la cerca. Mientras estaba en Inglaterra no me gustaban mucho las gaitas, pero acá en Chile, de pronto, han adquirido una belleza y un romanticismo insospechados para mí. Tal vez sea porque se parece más al sonido real de las gaitas tocadas en el aire puro de la montaña, cerca de las aguas cantarinas del río, y no al sonido de las gaitas que tocan para los turistas en navidad en Liberty, en la calle Regent Street de Londres.

Otra de las pasiones de Pepe Tren son los uniformes, los que tienen que ver con los trenes. En los carros Pepe ha puesto muñecos muy reales vestidos con el uniforme británico y alemán completos. También hay un dormitorio, una cocina y un escritorio. Si se pasa sin pensar al escritorio, se puede tener una sorpresa al ver a un soldado alemán sentado trabajando. En su casa de Santiago ha recibido quejas de sus amigos por los sustos que se han llevado al divisar algunas figuras en la penumbra en ciertas partes de la casa.

A Pepe no le gusta que la gente le llame excéntrico. Su interés por los trenes es de verdad, y su trabajo de restaurar y conservar los modelos que están desapareciendo de Chile tiene mucho valor. Sin embargo, es difícil considerar a un hombre con tantos talentos como una persona común. Es bombero voluntario en Santiago en la “Bomba Inglesa” (formada en su totalidad por chilenos), tiene mucho talento musical, toca varios instrumentos y canta, dibuja bien, escribe poesía, habla inglés perfectamente, colecciona uniformes, durante la semana es un miembro destacado de la comunidad científica de Chile y extranjera, y viaja mucho para entregar artículos en conferencias en todas partes del mundo. Pero creo que su principal pasión son los trenes: es un trainspotter de corazón.

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