Revista Dedal de Oro N° 68
Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 69 - Año XII, Invierno 2014

HISTORIAS DE UN PROFESOR, HUASO Y ARRIERO

RECUERDOS DEL PASADO
HUMBERTO CALDERÓN FLORES
(El título de este artículo lo tomo de una novela del escritor chileno Vicente Pérez Rosales,
quien trajo a los colonos alemanes para que se instalaran alrededor del lago Llanquihue.)
Desde el Retén de Carabineros, junto al puente sobre el Canal San Carlos.
...DESDE EL RETÉN DE CARABINEROS, QUE SE ENCUENTRA JUNTO
AL PUENTE SOBRE EL CANAL SAN CARLOS...



El camino polvoriento fue reemplazado por una doble vía pavimentada.
LOS AÑOS PASAN. EL CAMINO POLVORIENTO FUE REEMPLAZADO
POR UNA DOBLE VÍA PAVIMENTADA, DE CUATRO PISTAS...



La casa de material sólido donde funcionó la escuelita aún existe.
LA CASA DE MATERIAL SÓLIDO DONDE FUNCIONÓ LA ESCUELITA
AÚN EXISTE, CON ALGUNAS VENTAS A LOS PASEANTES...

Con nostalgia, trataré de que algunos hermosos recuerdos regresen a mi mente sin precisar orden, pues el tiempo transcurrido hace que estos acudan desordenados, pero están ahí para aflorar. No son una vivencia presente, mas nos sirven para hacernos una idea de lo que vivimos algunos años atrás, no sabiendo si lo actual o lo pasado es mejor.

Se palpita, no se sabe por dónde comenzar… Trataremos de hacerlo por ese camino largo y polvoriento que fue la recta de Las Vizcachas, partiendo desde el retén de Carabineros que se encuentra junto al puente sobre el canal San Carlos.

El lado oriente pertenecía al fundo Las Vizcachas, con muy apreciado por los cazadores debido a los matorrales que allí existían y que hacían de guarida para la fauna silvestre (conejos, liebres, perdices, tórtolas, codornices y otros). Los propietarios de ese terreno pensaron que era imposible la titánica tarea de la construcción del canal debido a las dificultades del terreno, con peñascos enormes, quebradas y esteros profundos. En aquellos años esos trabajos se realizaban solo con herramientas manuales, con el sudor de quienes las ocupaban. ¡Qué esfuerzo! ¡Qué fortaleza incomparable de esos hombres! La constancia, el sacrificio, fueron coronados por el éxito.

Junto al camino polvoriento se encontraban las viviendas unos enormes potreros siempre verdes que eran regados con aguas del canal Maurino, que nace del río Colorado. Algunos de ellos se explotaban con chacras y otros para pastar animales diversos, principalmente vacas lecheras de establo. Queda el recuerdo de un enorme silo en el cual se guardaba alimento para el ganado en la época invernal. En estos potreros existían enormes quillayes bajo los cuales los animales se cobijaban del sol veraniego y de las lluvias invernales. Poco antes de llegar a la entrada del fundo, donde existe un enorme eucaliptus y están instalados locales que venden comida, hubo una escuela primaria para los niños del sector, porque no existía locomoción que los trasladara a Puente Alto. La casa de material sólido donde funcionó la escuelita aún existe, con algunas ventas a los paseantes.

El lado poniente se llamaba el llano de Las Perdices, un terreno cubierto de espinos -sin agua de riego, porque según decían, sus propietarios no quisieron participar en la construcción del canal Maurino- que se convirtió en un coto de los trabajadores o inquilinos del fundo Las Vizcachas, que a cambio de casa y terreno debían pagar con la obligación de trabajar para el fundo. En estas viviendas se criaban aves, se sembraba el terreno cedido y más de alguno tenía una vaca lechera. Todo esto permitía vender algunos productos para ayudarse en el sustento familiar. Cada casa tenía un hermoso huerto con hortalizas y flores. Era lindo admirar aquel prolijo cuidado.

Los años pasan. El camino polvoriento ha sido reemplazado por una doble vía pavimentada de cuatro pistas. Hoy, el lado oriente está lleno de comercio, y hay pubs, discotecas, un enorme colegio privado, ese hermoso condominio llamado Hacienda El Peñón, una medialuna modelo con un amplio casino, estacionamientos, corrales, picadero, pesebreras, etc. Como vestigio de la forestación anterior, en el terreno que ocupa la medialuna hay aún enormes quillayes, mudos testigos del paso de los años.

Al lado poniente de la ruta, ese terreno de secano (rulo) que algún día fue coto de caza, tuvo después un autódromo, que también desapareció, quedando instalado un gran casinorestaurant en la cumbre del montículo, de donde se puede apreciar la gran extensión del predio.

Siguiendo la ruta, más adelante existen hermosos condominios que no se alcanzan a apreciar desde afuera, otro colegio privado y, en la parte baja, una viña con productos de calidad para los paladares más exigentes.

Bien, amigos lectores, perdonen que los distraiga con estos recuerdos. Todo aquello lo pude observar en forma lenta, saludando a muchas familias que se hicieron conocidas, pues el recorrido lo hice muchas veces sobre el lomo de un caballo, lo que me permitía apreciar con mayor claridad lo que iba recorriendo. (Si les es posible hacer un recorrido montado, háganlo, recordarán mi consejo). Siendo aceptados estos recuerdos, trataremos de continuar con ellos.

Entonces, hasta la próxima, amigo lector.

 
Volver al artículo anterior de Dedal De Oro Ver Artículo Siguiente
Volver al Índice de Dedal De Oro
Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas.